Irapuato, Guanajuato.- Desde hace 6 años, Paula Blancarte se dedica a “curar” al niño Dios de las caídas, raspadas y despostilladas que por uso y por accidente se averían sobre todo a la hora de poner el nacimiento.
En el año del 2014, Paula quien tiene un puesto de revistas en el centro de la ciudad, se llevó a su lugar de trabajo unas figurillas decorativas que una vecina le dio para pintar, ése día sus clientes del puesto de revista la observaron con pincel en mano decorando las figuras y empezaron a llevarle niños dioses y figuras religiosas a restaurar.
Paula ha tomado como un reto el volver a darle color a cada figura o bien reparar un dedito quebrado, un pie o pegar las piezas que por alguna razón se rompieron y para hacerlo bien, con el paso del tiempo se ha ido perfeccionando en su técnica.
“Gracias a Dios todo el año hay trabajo para mi, yo trato de entregar todos los niños antes del 24 para que los acuesten en el nacimiento pero ya el día 26 me vuelven a llega otros que por accidente se quebraron o que algo les pasó” dijo Paula, restauradora.
La restauradora dijo reparar alrededor de 300 niños a lo largo del año, trabajo que le gusta porque llega a encariñarse con ellos ya que dice tener algunos niños que al parecer les gusta estar en reparación, niños Dios a los que Paula les llama “traviesos” por el hecho de que se los llevan varias veces por año.
“Me han traído niñitos hasta 3 o 4 veces por año, niños ya muy antiguos de incluso cien años de existencia pero las personas prefieren repararlo por el valor sentimental que tiene, porque nada les costaría comprarse uno nuevo, y a mi me gusta tenerlos conmigo, prácticamente los vuelvo a rehacer” concluyó Paula.