Salamanca, Guanajuato.- Hace 50 años, el señor J. Merced Rodríguez Prieto alias “El Chapulín” con la necesidad de sacar adelante a su familia y al ver que la venta de fruta de temporada no le estaba funcionando como él quería, tuvo la iniciativa de vender tostadas elaboradas a su gusto, hechas con frijolitos, col y jitomate pero añadiéndole su sello personal creando una salsa picante que hiciera llorar a sus clientes para dejarlos con las ganas de volver a probar.
La salsa de chile de árbol y habanero es para Rodrígo Prieto, hijo del “chapulín” el secreto de que las tostadas se posicionaron rápidamente en el gusto de los Salmantinos, pues ya son 50 años de trabajo en el que dicen atender al mismo cliente hasta 3 veces por semana.
Es por esta razón que las personas que visitan la ciudad de Salamanca no pueden irse sin probar las tostadas lagrimita y lloriquear mientras se deleitan el paladar, pues hay quienes aseguran que es un manjar adictivo por su sabor exquisito.
Don J. Merced, a sus 80 años se siente orgulloso de haber sacado adelante a su familia gracias a su ingenio, trabajo y esfuerzo, pues además es un legado que ya heredó a su hijo Rodrigo quien con orgullo atiende el puesto de su papá.