
Guanajuato.- El paro nacional propuesto para este 24 de noviembre por los productores agrícolas responde a varias urgencias, entre las que destacan el tema del agua y el precio del trigo y maíz.
En primer lugar, se mantiene la pugna por la regulación del costo del maíz y su garantía, los campesinos continúan pidiendo 7 mil 200 pesos por tonelada. El Gobierno Federal había lanzado un precio fijo de 5 mil 200 pesos, que, al parecer, ni siquiera ha sido respetado, pues aseguran que sigue bajando. El movimiento expone el nulo respaldo de la Secretaría de Agricultura ante la industria y el incumplimiento de acuerdos por parte de la Secretaría de Agricultura y el gobierno.
En cuanto a las reformas a la Ley de Aguas Nacionales, los campesinos exigen una reformulación en la que se tomen en cuenta las necesidades del campo. El aumento de requisitos para mantener el derecho de extracción de agua, además de quitar concesiones vigentes y evitar que éstas sean heredadas representa un riesgo para la agricultura al ‘limitar’ el recurso para actividades del campo.
A ello se le suma el proyecto del Acueducto Presa Solís-León, que plantea abastecer a municipios del corredor industrial: León, Irapuato, Salamanca y Celaya. Esto es, destinar el uso de agua de la presa principalmente para uso urbano. Los productores que dependen del agua acumulada en la presa para el riego de sus parcelas señalan el abandono del campo por la industria y piden la destitución de Agustín Robles, titulas del Distrito de Riego 011 por no respaldarlos ante la promoción del proyecto.