
México.- En el fútbol mexicano ha surgido un fenómeno que genera opiniones divididas entre los aficionados: los llamados “villamelones”, seguidores que eligen a sus equipos más por moda o títulos recientes que por pasión o historia.
Estos aficionados suelen cambiar de preferencia según los resultados, la fama de los jugadores o la cobertura mediática de los clubes. Para muchos hinchas de toda la vida, este tipo de seguidores representa una amenaza a la identidad y la tradición que rodea a cada equipo.
“Se nota cuando un seguidor solo aparece en redes sociales o en el estadio cuando el equipo está ganando; para nosotros, la pasión es estar con el equipo en las buenas y en las malas, no solo cuando es tendencia”, comentó Juan Caros, un aficionado de León con más de 20 años siguiendo a su club.
A pesar de las críticas, los villamelones también tienen un impacto visible: aumentan la audiencia de los partidos, generan mayor movimiento en redes sociales y, en algunos casos, ayudan a que los clubes ganen exposición y patrocinadores. Sin embargo, para los puristas del fútbol, la verdadera afición sigue siendo mucho más que moda o popularidad.
El debate continúa en redes, estadios y cafeterías, mientras el fútbol mexicano se enfrenta a una nueva generación de “hinchas” que busca disfrutar el deporte a su manera, aunque eso signifique romper con la tradición.