Cada 3 de mayo se celebra el Día de la Santa Cruz y también el Día del Albañil, pero por qué la coincidencia entre una fiesta religiosa y una popular. Conoce una de las tantas historias que se relatan sobre estos festejos.
Santa Elena de Constantinopla, esposa de Constancio Cloro, estaba obsesionada en encontrar la Cruz de Cristo, por esta razón un 3 de mayo de 292, le pidió a su marido la autorización de demoler el templo dedicado a uno de los dioses romanos, pues estaba segura de encontrar la reliquia en ese lugar.
Tiempo después encontró tres cruces, por lo que dedujo que una correspondía a Jesús y las otras a los que fueron crucificados con él. La emperatriz mandó que las pusieran donde estuviera un muerto, y cuando una de las cruces tocó al difunto este recobró la vida. Por ello Elena fue canonizada como Santa Elena de la Cruz.
Pero ¿qué tiene que ver con el Día del Albañil? Esta es una fiesta tradicional mexicana, aunque no existe una versión oficial del origen de este festejo, varias fuentes se refieren al sincretismo que tuvo el lugar en nuestra sociedad tras la Conquista.
También se cree que esta celebración se heredó en la época prehispánica, ya que antes se practicaban rituales para la petición de la lluvia y las buenas cosechas, así fue como las peticiones de lluvia a Tláloc se trasformaron en rezos hacia la Santa Cruz.
Asimismo, con el tiempo muchos campesinos migraron a las ciudades para trabajar como albañiles y ahora se encomendaban a la Santa Cruz para no sufrir accidentes en su oficio.
Por ello la mayoría de las construcciones de México tienen un cruz de madera, decorada con papeles o listones de colores.