Conoce la verdadera historia de la famosa foto del tiburón “gritando”

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Cuando Robert Petersen, un estudiante de Reno, Nevada, vio la foto de un tiburón que salía del agua con la boca abierta, como expresando dolor, tuvo el pensamiento paralelo de linkear esa sensación con la que experimentan todos los que alguna vez pisaron un bloquecito para construir, al estilo de los juguetes Lego. Esa idea se convirtió en un fenómeno viral y reveló la historia desconocida detrás de la foto.

Pasó más de un mes desde este posteo, y el tiburón sigue emergiendo en las redes. Petersen, desbordado por el alcance de su tuit, subió un video que muestra la cantidad de notificaciones de likes, retuits y respuestas que llegan a su teléfono. Sin contar su viralización en Facebook o Instagram -y dejando de lado a quienes lo copiaron y también tuvieron repercusión,- el chiste se compartió más de 94.000 veces desde su cuenta original y superó los 160 mil “me gusta”.

“Extraña imagen de un tiburón pisando un Lego”, fue la frase que acompañó la imagen, que se convirtió en un meme viral.  “De Nueva York a Londres, pasando por Rusia. En todas partes fue genial ver a tanta gente decir que este chiste les ‘hizo el día'”, dijo Petersen a medios estadounidenses. “En estos días puede ser muy deprimente ver todas las noticias negativas y discusiones políticas, así que es ‘refrescante’ ver alegría tan cercana y universal provocada por algo tan sencillo”, agregó.

Pero el momento de la verdad también dio su mordida.Muchos usuarios comenzaron a preguntarle de dónde había sacado la foto y si sabía qué le había pasado realmente al tiburón para expresar tal agonía.  Y otros usuarios fueron los que mostraron que el sitio de gifs, videos y fotos humorísticas  ya había hecho lo propio con la misma foto y tiempo antes: “Ay dios mío, ¡algo me tocó!”.

La verdad es que el gesto del tiburón fue captado en enero por Mike Coots (quien salió a defender la autoría de su foto), un sobreviviente del ataque de un tiburón en 1997, cuando era un adolescente y por el que perdió una pierna. Hoy Coots usa su talento para la fotografía para alentar la protección de los tiburones, específicamente contra el comercio de aletas de tiburón, y comparte sus fotos en Instagram.

“Llevé a mi novia de sorpresa a bucear con tiburones en Stewart Island, Nueva Zelanda, y ahí saqué la foto”, devela Coots. “Fue con una GoPro desde una pasarela de madera y con temporizador de 0,5 segundos entre cada disparo. El tiburón estaba haciendo lo que se llamaba ‘bostezar’ (un comportamiento de comunicación entre esa especie) y justo lo capturé”, detalló.

Lejos del enojo por el “manoseo” del fin que defiende, Coots ve el lado positivo de este viral. “Creo que usar el humor para lo que podría ser visto como una imagen de ‘dientes’ que den miedo ayuda a calmar el mito de que los tiburones son peligrosos asesinos sin sentimientos”, resumió.

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