Espero les guste, en esta ocasión no voy a escribir noticias, hechos de la vida diaria que le ocurren a otras personas o columnas políticas, voy a escribir con la visión del día a día que manejo como periodista, amigo, padre de familia, compañero, simplemente un post más del llamado “nuevo periodismo” digital que se trata de las redes sociales y que aunque se puede considerar el “quinto poder” sigue siendo un espacio inverosímil que no tiene control ni profesionalismo.
Hace poco menos de un año, tome una de las decisiones más importantes al menos en este periodo de mi vida; renuncie a mi trabajo, renuncie a una comodidad económica, pero con poco crecimiento, ya me había acostumbrado a mi familia en Pénjamo, Abasolo, Cuerámaro, Huanímaro, Manuel Doblado y municipios colindantes.
En esos lugares aprendí a conocer la vida del campesino, del policía, del barrendero, de Tita una mujer que aunque sea muy regañona y difícil de tratar, pero comprensible me servía de comer usualmente; de las hermanas Rojo, con las que batalle en la oficina que me habían rentado; del doctor, Elizarrarás que me rentó un espacio que me agradaba y que hice como oficina.
Pero ya me estoy yendo a otro lado, ha sido un año en el que aprendí a conocer a nuevas personas a reconocerme como una persona con muchos defectos y muchos más temores que no había sentido: celos, tristeza, cansancio, falta de aire y ganas de regresar a mi escudo de protección.
Sin embargo llegaron nuevas oportunidades, me senté en una mesa como conductor de noticias en radio, que aunque ya hacía esas cosas el micrófono no era mío; reencontré a aquellos amigos y compañeros con los que hace poco más de 10 años habíamos iniciado un nuevo proyecto en producción de videos, que al final no funciono, pero que me dejó muchas experiencias.
Ahora veo a mis compañeros de medios en Irapuato, distantes, con pocas ganas de sobresalir en el periodismo, pero al menos tienen chispa, creen que el mundo les queda pequeño y posiblemente cuando empezaba en esto, era peor o igual.
Veo a personas que me saludan con recelo, otras les da gusto verme y otras más hasta me dan abrazos o besos, eso sí respetuosos todos ellos, a cada uno de ellos los estimo, porque he tenido la dicha de conocerlos al menos de vista de conocer que están ahí y no se me olvidan n por un momento.
Amigos que tarde en volver y saber de ellos al menos 8 años; estudiantes de comunicación que por ser jóvenes dicen que si cometen errores se les puede pasar “porque soy chavo” dicen, pero el tiempo no pasa en balde.
Escuchando a Joaquín Sabina o bien a una banda de viento en esas comunidades en las que son comunes, simplemente voltear al cielo, escuchar que hay familias que posiblemente se van a pasar una navidad con pocos recursos económicos, (igual que un servidor), pero eso si con un ímpetu para estar reunidos en familia; usando zapatos viejos, ropa pero en buen estado, pero no nueva o los grandes estrenos, la navidad es igual y diferente para todos y depende de como quieran verla.
Me gustaría etiquetar a todos, pero me sería imposible, porque posiblemente me faltarían espacios para decirles a todos gracias, a todos que no soy muy apegado a las reuniones, pero si soy apegado a creer en que cada persona tiene una historia, una vida, una forma de ver el mundo a su manera, de creer que todo va a ser bello, feliz navidad a todos.