Huanímaro, Guanajuato.- El señor Ramón Ávila González quien heredó la panadería “La central” de su padre lleva la tradición con mucho orgullo desde hace 48 años dedicándose a hacer lo que más le apasiona “recuerdo a mi padre enseñándome a hacer pan, enseñándome a trabajar”, mencionó Ramón con mucho cariño.
El comerciante dijo que su panadería le ha ayudado a su familia a crecer siendo así que tiene 47 años de casado y 7 hijos, dos de ellos que fallecieron en un accidente automovilístico marcando profundamente su vida hoy hace dos años de su pérdida.
“Tenía una hija médico veterinaria especializada en ganado bovino, duro poco tiempo ejerciendo, es triste. Eran una chulada de hijos. El mayor dejó 5 en su familia, él tenía su taquería”, relató el panadero quien tuvo que asistir todo un año a terapia por el acontecimiento.
El panadero recordó con mucha nostalgia que extraña a sus hijos fallecidos con quienes convivía cada fin de semana.
A su vez el señor Ramón expresó que lo que más disfruta de su trabajo es que cada día es algo diferente “no es lo mismo diario, hay que cambiar figuras. Hay variedad de producto. Y aparte de esto me enorgullece como es herencia. Me ofrecieron trabajo en Estados Unidos, pero dije ¿cómo voy a perder lo que mi padre de dejo? Para mí es un orgullo tener mi panadería”, indicó el vendedor.
Ramón, brinda del pan que hace a la gente que no tiene recursos económicos suficientes, obsequiándoles a aquellos que necesitan comida “la gente que es pobre a lo mejor no tiene para comprar una pieza de esa. Ayer precisamente le llevé a una y me dijo: No tenemos ni para la leche, y les compré leche.
Les ayudé porque sé que no tienen aquí todos nos conocemos” comentó el señor.
En sus ratos libres le gusta ir a Irapuato a caminar, ver cosas, salir a andar en bicicleta, pasar tiempo con su familia y visitar a sus 3 hermanos ya que su única hermana falleció por covid.