Pueblo Nuevo, Guanajuato.- Al fondo se alcanzaba a observar un palo con cuatro salientes, debajo una escalera con varios hombres untando grasa e instalando regalos para los ganadores al llamado Palo Encebado. En Panales, la fiesta a la Virgen de Guadalupe no sólo representa una fecha más alusiva a un evento religioso, sino la oportunidad de unirse en una fiesta que en su mayoría la “pagan” migrantes.
Después de unos minutos salen los primeros aventados al palo encebado; son cinco jóvenes entre los 18 y 25 años, unos son delgados y altos y otros un poco más rellenos, pero todos deciden trabajar en equipo para “escalar” el palo encebado y llevarse los premios.
A los costados niños, personas de la tercera edad, muchachas muy arregladas para la ocasión y de fondo los tones y sones de la banda de viento que se enrolan con el juego y que están a la espera de que los participantes ganen los premios y puedan entonar una gran fanfarria.
Entre los espectadores, especialmente los niños se sientan en el piso para apreciar cada uno de los intentos que realizan los jugadores al palo encebado que en el tercer intento, alcanzan a llegar a la parte alta, pero sin éxito caen el piso y a la par gritos de espanto.
Ya en un séptimo intento, los muchachos, ya todos ellos manchados de las ropas, descalzos y sucios del rostro, logran el objetivo y los aplausos y la música determinan que el juego ha terminado.
Después de bajar los premios, muestran los tenis, las gorras, playeras, camisas y otro tipo de regalos que fueron patrocinados por un grupo de vecinos que se han avecinado en un país contiguo al mexicano en el que a pesar de que tienen trabajo y posiblemente mejores comodidades siguen extrañando su lugar de origen.
Panales es un poblado que pertenece al municipio de Pueblo Nuevo, Guanajuato, se encuentra ubicado en las faldas de un cerro, tiene alrededor de 300 habitantes, sus calles son angostas, la mayoría de las casas son de adobe, los techos de teja y sus principales actividades están relacionadas al campo.
