OSUG exhibe la belleza de la música latinoamericana con “Suite Indiana”

Guanajuato, Gto.- Con la interpretación de Suite Indina” del compositor argentino Jorge Cardoso, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato ofreció un concierto memorable bajo la batuta del director invitado Luis Gorelik y la presentación de los solistas que se llevaron diversas ovaciones, los guitarristas Alfredo Muro y Juan José Barrón.

La “Suite Indiana” para dos guitarras y cuerdas es una obra que comprende cuatro movimientos, cada uno rememora los sonidos latinoamericanos de Argentina, Venezuela, Paraguay y Brasil. Mediante esta suite los asistentes al concierto escucharon una mezcla de ritmos característicos de dichos países como la milonga, guarania, aguinaldo, joropo y samba.

Cabe destacar que en América Latina, lo “indiano” representa la poderosa amalgama de las culturas indígenas originales con las africanas y europeas, generalmente sintetizadas en los criollismos regionales desde México hasta la Patagonia.

Gracias a la genuina ejecución de la obra y el talento y habilidad de los solistas con las guitarras además de la  sublimidad de la música latinoamericana, el público respondió con un prolongado aplauso. Los solistas agradecieron interpretando una obra más, acción que demostró la inagotable magia de un instrumento tan común como la guitarra.

“Variaciones concertantes, op.23” de Alberto Ginastera también fue interpretada por la OSUG en este concierto de su segunda temporada. La obra comienza con un tema original seguido por once variaciones en el que todos los instrumentos de la orquesta son tratados como solistas, lo que representó un deleite para los escuchas puesto que pudieron disfrutar de la sublimidad de la flauta, el oboe, el clarinete, el arpa, el fagot, las trompetas, las cuerdas y los timbales, cada uno destacando sus cualidades en una sola composición.

El concierto concluyó con la “Sinfonía no. 3” del más famoso de los compositores checos, Antonín Dvorák. Esta sinfonía tiene una clara influencia wagneriana y está escrita en tres movimientos. El primer movimiento es amplio y apasionado, el segundo es meditativo, poseedor de una solemnidad que se afirma con un ritmo de marcha en los instrumentos de metal y el tercer movimiento está construido con una estructura bastante libre, lo cual dota a la obra de una energía inagotable.

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