Irapuato, Guanajuato.- El 400 aniversario de la fundación de Irapuato fue el escenario en el que, por primera vez, la ciudad pudo contar con un escudo oficial, obra de dos destacados irapuatenses: el artista J. Dolores Aguilera y el historiador Pedro Vargas Covarrubias. La creación de este emblema fue el resultado de una convocatoria fallida impulsada por el Comité Pro Irapuato a través de la revista cultural Alborada, la cual, tras recibir seis proyectos que no convencieron a los jueces, decidió encomendar la tarea a estos dos talentos locales.
Franco Damián Segoviano Chávez, investigador del Archivo Histórico, explicó que el diseño del escudo buscaba capturar elementos claves de la historia de Irapuato, basándose en lo que se creía que era la cédula de fundación de la ciudad.
El escudo se caracteriza por su simbología compleja, dividida en varios cuadrantes. En la parte superior, destacan cuatro yelmos, representando a los colonizadores españoles que fundaron Irapuato. Al centro de estos, se sitúa el escudo episcopal en honor a Vasco de Quiroga, figura crucial en la evangelización de la región.
Uno de los cuadrantes muestra un león alado, emblema del evangelista San Marcos, en referencia al nombre original de la ciudad: San Marcos Irapuato. Junto a él, las letras “K” y “V” rememoran a Carlos V, el monarca español que otorgó la fundación oficial de la ciudad.
El cuadrante inferior izquierdo presenta un cerro, una evocación etimológica de Irapuato, cuyo nombre significa “Cerro que emerge en la llanura”. Además, se representan lagunas y casas, símbolos de la población prehispánica tarasca que habitaba la región antes de la llegada de los españoles.
Por su parte, el cuadrante inferior derecho refleja la evolución de Irapuato en el siglo XX, con dos brazos cruzados: uno sosteniendo una hoz, que simboliza la agricultura, y el otro un caduceo con alas, emblema del comercio. También se incluye una rueda dentada, representando la industria.
En la parte superior del escudo, se coloca un sol, inspirado en el que adorna la puerta del Templo del Hospitalito, mientras que la frase en latín “Ad Augusta Per Angusta” (hacia lo más alto por lo más angosto) resume el espíritu de esfuerzo y superación que ha caracterizado a la ciudad.
A pesar de haber sufrido modificaciones en los colores a lo largo de los años, la simbología del escudo de Irapuato se ha mantenido intacta, como un recordatorio de su rica historia y su constante progreso.