Hace unos días ocurrió un hecho que lamento mucho porque una compañera paso por un momento difícil y lo peor que paso, no fueron los golpes, ni la caída que sufrió, sino la falta de compañerismo y ética en el gremio periodístico, aclaro no generalizo.
Sucede que el día en que mi compañera Miriam Martínez, sufrió un percance, como todo accidente las personas se acercan, algunas tratan de ayudar y otras sólo de ver; afortunadamente un grupo de bomberos que iban pasando por el lugar se detuvieron y le brindaron los primeros auxilios.
Miriam estaba tirada en un bulevar, la noticia corrió tan rápido que en menos de cinco minutos ya había tránsitos y reporteros; el reporte que habían dado a conocer las autoridades, fue que había una mujer tirada en el piso que había sido atropellada por una camioneta y estaba debajo de la misma.
La noticia era alarmante, los tránsitos inmediatamente que llegaron, se fueron contra el conductor de una camioneta como si fueran a remediar lo que había ocurrido, sin embargo ni habían ocurrido los hechos como lo reportaron, ni el conductor de la camioneta era culpable.
Posiblemente la única culpa, fue no haber ayudado; por el otro lado y lo digo ya que me molestó su apatía y forma de laborar, un fotógrafo de una revista de circulación que esta todos los días con las notas más “sangrientas” tomaba fotos como si se tratará un objeto el que estaba tirado en el piso.
El joven fotógrafo del que desconozco su nombre, tomo su cámara y no paraba de fotografiar el hecho; le dije que si iba a sacar la noticia y me respondió que sí, que ese era su trabajo, entiendo que el reportero busca la primicia, busca la noticia, pero al menos de parte de esta comunicador, nunca vi que preguntará que había ocurrido en realidad.
Para esta persona, el suceso era que una mujer había sido arrollada por un automovilista, no cuestiono a nadie, sólo se reía como si se tratará de una comedia, sólo escuchaba lo que decían en el radio que porta para escuchar lo que dicen las corporaciones de seguridad.
Miriam fue llevada al hospital, donde fue revisada y afortunadamente, sólo presentaba golpes en diferentes partes del cuerpo, sin fracturas o daños mayores a los que se había dicho en un principio.
El hecho es que al menos por parte de este fotógrafo, se le olvido la ética que tiene que tener un informador para al menos conocer a detalle que ocurrió, que haga su trabajo si, que lo distorsione es otra cosa; ojala y un día no tenga un accidente él o alguien de su familia porque posiblemente se encuentre a otro fotógrafo igual o peor que él.
ESAÚ GONZÁLEZ FUENTES
Twitter: @EsauGlezF
