No diga nada, al cabo nadie lo va a escuchar: muertos y más muertos en Guanajuato

Un hecho extraordinario que hay en Guanajuato es el tema de la inseguridad que se vive en el Estado, donde los niños de esta generación, van a contar, si es que llegan a vivir lo suficiente, las historias de cada uno de los muertos producto de balaceras, robos, asaltos, ejecuciones.

Sin embargo ahorita, mejor, mejor no diga nada, porque nadie lo va a escuchar, ni la policía municipal, estatal, ministerial, federal, soldados o la corporación que sea, todos son sordos, mudos y omisos o al menos así parece.

En Guanajuato, ya hasta parece disco rayado, las rayadas que ha recibido el flamante gobierno estatal con el renombramiento de sus titulares en seguridad, Carlos Zamarripa y Alvar Cabeza de Vaca, que para lo único que son buenos es para cobrar su sueldo, porque de resultados ni se diga, son tan opacos que las acciones que alcanzan no son comparables con lo que no funciona.

Salir a la calle es un peligro, es más al grado de que ya no hay un respeto de nadie, ya sea niño, mujer, anciano, discapacitado, sacerdote, estudiante o doctor, todos han corrido con la misma suerte: pueden morir baleados.

Pero las palabras escritas, se las lleva el viento, porque para las autoridades cambiar de rumbo es callarse, ni siquiera saben que hacer, pues ya no es casualidad que maten alguien y no haya detenidos en el momento.

¿Entonces para que tanto gasto en seguridad, si de todas formas no pueden con el paquete?, porque a los ciudadanos no se les engaña; son palabras mayores cuando hablan de millones en armas, equipo y otras cosas que a lo lejos dista con el resultado, ya basta de tanto muerto y todavía más de tanta mentira, de tanta falsedad.

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