Manuel Doblado, Guanajuato. – En la comunidad de Tangamanga, ubicada en el municipio de Manuel Doblado, se encuentra una escuela que, a simple vista, podría parecer “abandonada”, sin embargo, la institución educativa se encuentra con sus operaciones abiertas, pero la realidad es desoladora, ya que solamente cuatro niños asisten a esta institución, que ofrece únicamente el Kínder.
El panorama plantea un “desafío” significativo para los padres de familia de Tangamanga que deseen que sus hijos continúen sus estudios en otros niveles como primaria; la única opción “cercana” que tienen es desplazarse a la comunidad de San Juan de la Puerta, un recorrido de aproximadamente 10 kilómetros que, en automóvil, toma alrededor de 13 minutos, pero a pie, se convierte en una travesía de alrededor de una hora.
Para los padres de estos jóvenes estudiantes, el dilema de garantizar su acceso a la educación es una preocupación constante, muchos se organizan para realizar un esfuerzo colectivo y llevar a los niños a la escuela en San Juan de la Puerta en un solo viaje tanto de ida como de regreso, compartiendo responsabilidades para asegurarse de que no se pierdan sus clases.
La situación hace notorio los desafíos que enfrentan las comunidades rurales en México en términos de accesibilidad a la educación. Aunque la escuela en Tangamanga no está técnicamente abandonada, la falta de alumnos la convierte en una opción poco práctica para la mayoría de los padres, quienes se ven obligados a recurrir a otras medidas para garantizar que sus hijos reciban una educación “adecuada”.