
Irapuato, Guanajuato. Mateo de 12 años, cumplió uno de sus sueños, al realizar una fiesta de cumpleaños alusiva a los colores de la Trinca Fresera, al considerarse un verdadero “hijo de la mermelada”.
Con esta fiesta, Mateo no solo celebró su llegada a los 12 años, sino que también reafirmó su identidad como un orgulloso heredero de la tradición fresera, mostrando que el amor por el fútbol y la unión familiar que han sido la fórmula perfecta para una celebración inolvidable.
“No me arrepiento de ser fresero, porque mi padre me lo heredo”, fue una de las frases que eran parte de los elementos de la fiesta como un tambor, un pastel con el escudo del Irapuato y la mayoría de los invitados portando la casaca de La Trinca.

