Salamanca, Guanajuato.- Irene Franco de 17 años, se convirtió en madre hace apenas un año, diciendo que su vida cambió por completo, y la experiencia de ser madre para ella ha sido muy bonita.
“Francisco mi hijo me lo envió Dios a hacerme feliz, y yo sigo haciendo mis cosas como antes, sigo tejiendo mis muñecas para venderlas y mi hijo no me impide trabajar, al contrario, me hace compañía”
Irene es artesana, teje muñecas de trapo tradicionales y las vende en el centro de la ciudad de Salamanca, diciendo que el haberse convertido en madre siendo muy joven la ha motivado a seguir luchando todos los días para poder mantener a su pequeño de un año, quien le sonríe a su mamá lleno de amor cuando ella le habla.
“Aquí le traigo su comidita, aquí jugamos un rato mientras trabajo, mi niño no es un estorbo, al contrario, puedo hacer muchas cosas porque él me motiva” dijo Irene.
La joven artesana, dijo que su mamá de nombre Eufrocina fue quien le enseño desde hace tiempo a tejer las muñecas de trapo que se conocen como “Marías”, con la finalidad de que pueda ganarse algo de dinero y que no le falte comida.
“Mi mamá ha sido un ejemplo para mi, me enseño a trabajar, y hasta la fecha, ella también sigue trabajando y haciendo sus cosas, como mamá ha sido muy buena conmigo y como abuela es la mejor” concluyo la artesana.