Irapuato Guanajuato. “Me tocó ver a soldados ahogados, se habían atorado en un alambrado de la calle, se los trajo la corriente del agua” dijo María del Refugio Aguilar, mejor conocida como “doña Cuca” quien es testigo de aquella inundación del 18 de agosto de 1973.
Como todos los días, doña Cuca vendía almuerzos por la mañana en el mercado de “el Ranchito”, cuando les pidieron que cerraran sus negocios debido a que el agua comenzaba a llegar a la ciudad de Irapuato.
“Yo estaba en el mercado, nos dijeron que ahí venía el agua y nomás junté todos mis trastes”, dijo María del Refugio Aguilar.
De inmediato, “doña cuca”, trataba de convencer a su mamá de ponerse a salvo, la cual no creía en la inundación.
“Llegué y le dije a mi mamá, – ¡Ya vámonos, ándele, ya viene la inundación! – y me decía – Tú que te estás creyendo- y voy saliendo a la puerta y ya venía el agua, poquita corría noma´s a lado de la banqueta y que me regreso y me la llevo”, comentó “doña cuca”
Al llegar a su casa, su hijo Juan, estaba colocando costales de arena en la puerta.
“Cuando llegué estaba Juan poniendo costales de arena ahí en la puerta, y le dije ya deja ahí para nada va a servir, vámonos a la casa de doña Josefina. En la cama extendí una sábana y saqué lo que pude de los roperos, ya cuando salimos, el agua nos empezaba a llegar a los tobillos”, expuso doña Cuca.
Ya en la casa de doña Josefina, doña Cuca junto a sus hijos solo esperaban a que el agua comenzara a bajar su nivel.
“Ahí nos estuvimos arriba en la azotea como 3 días, hasta que empezó a bajar el agua, nomás veíamos como la corriente se llevaba de todo”, comentó doña cuca.
Estando en aquella azotea la preocupación de doña cuca era su casa, pues pensaba que se iba a venir abajo en cualquier momento.
“Noma´s pensaba en que se iba a caer la casa, pero solo se cayó la parte de atrás”, expuso doña Cuca.
Una vez pasada la inundación doña Cuca regresó a su casa, para comenzar de nuevo después de la inundación.
“Nos quedamos como 5 días con doña Josefina, ya luego nos vinimos a la casa a ver cómo estaba y pues le empezamos de nuevo, teníamos una camilla y ahí nos quedábamos” finalizó doña Cuca
Por otro lado, su hija Gloria, comentó recordar haber visto pasar varias cajas de muerto las cuales eran arrastradas por la corriente del agua.