Luto en la cultura popular guanajuatense: murió Ángel González Olvera

Poeta campesino Xichulense, un referente del huapango arribeño

 

Guanajuato, Gto.- En huapango arribeño toca violines de luto: murió Ángel González Olvera, poeta campesino originario de Palomas, municipio de Xichú, Gto. Trascendió este sábado 28 de septiembre.

Fue un poeta huapanguero sobresaliente, reconocido en Xichú y el mundo, con un gran amor por su tierra y por el huapango arribeño.

Se distinguió por un amplio repertorio de poesías temáticas que lo mismo aludían lo mismo a lo terrenal que a lo divino (vieja tradición de herencia medieval derivada de la cultura evangelizadora cristiana), aunque se distinguía por poesías que cantaban en defensa y alabanza a la tierra, el agua, el medio ambiente, el maíz criollo y, en general, a la naturaleza.

Regaló su poesía en innumerables topadas, enfrentó a grandes trovadores de su tiempo. Se dis, desde hace varios años ganó notoriedad por el especial cariño y énfasis que puso en hacer poesías que abordaban los temas de la Tierra, el agua, el medio ambiente, el maíz criollo y el amor y respeto a la naturaleza.

Fue formador de niños y de jóvenes trovadores gracias a los talleres que impartía.

Llevó su música a España, Colombia y otros países, pero regulamrmente estaba en las fiestas populares y familiares de la sierra de Xichú, la sierra queretana y la zona media potosina.

Le sobreviven su esposa Leonila Oviedo e hijos e hijas.

Para honrar su memoria, el poeta huapanguero Guillermo Velázquez le dedicó las siguientes décimas:

EN PALOMAS, TU RANCHO BIENAMADO,

ANGEL GONZÁLEZ, HOY TE DESPEDIMOS

DE TUS CERROS INDÓMITOS RODEADO

Y DE QUIENES EN VIDA TE QUISIMOS.

 

Aquí donde naciste, aquí en tu casa,

en este entorno agreste y entrañable,

en esta tierra antigüa y venerable

que todo lo armoniza y acompasa

como era tiempo atrás moler la masa,

sembrar de temporal y criar ganado,

lazar una ternera, ver logrado

el frijol, el garbanzo y el maíz,

aquí donde viviste tan feliz…

 

Aquí donde tus ojos aprendieron

a distinguir ocaso de alborada,

en tu solar, tu patio, tu morada

donde luego tus vástagos nacieron,

aquí donde tus pies tanto anduvieron

trajinando a placer por lado y lado,

aquí donde viviste tú enraizado

igual que el chiquiñá y encino y roble

generoso, sencillo y de alma noble…

Aquí donde tu casa recibía

a grandes violinistas y poetas,

entre malvas, geranios y macetas

sonecitos, valonas y poesía;

en el rejuego en sí del día con día,

consciente de tu don y lo heredado,

vislumbraste el destino señalado

que te tocó abrazar, y así lo hiciste,

aquí donde naciste tú y creciste.

 

Aquí donde tus cantos emularon

el trino de jilgueros y cenzontles,

junto a tu rio, tus milpas y tus montes

que tantas notas bellas te enseñaron,

aquí donde tus hijos te miraron

cariñoso, jovial, enfamiliado,

aquí donde quedó bien demostrado

el amor de Leonila , noble y leal,

que te cuidó día y noche hasta el final…

 

Me alegro del olor a ocote, a encino,

a orégano y a nardos en el huerto,

y de que hayas vivido a cielo abierto

cumpliendo con tu encargo y con tu sino.

 

Fuiste árbol que dio sombra en el camino

Y en tu querencia quedarás sembrado;

aquí donde aún hay surcos,yunta, arado,

y pitayas en flor,tordos, chicharras,

decimales, violines y guitarras:

 

Aquí donde supiste de aguaceros,

de tiempos de calor y fríos de invierno,

aquí donde gozaste del maíz tierno

y el pasto despuntando en los potreros,

aquí donde han tocado huapangueros

y donde tantos poetas han topado,

aquí donde hoy celebro tu legado

y canto emocionado tu semblanza,

TE DECIMOS: ADIOS, Y EN PAZ DESCANSA.

 

Guillermo Velázquez B.

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