A nivel mundial, se calcula que un usuario de celular tiene instaladas, de media, hasta 40 aplicaciones. De todas ellas, usa alrededor de una decena a lo largo del día, siendo las más populares las redes sociales, las plataformas de streaming o los juegos. En el inicio de los teléfonos inteligentes, no todas las compañías tenían presencia en la pequeña pantalla, algo que ahora ya cumple cualquier negocio por pequeño que sea.
Por ese motivo, en este artículo, lanzaremos una mirada a los cinco principales motivos que explican que la presencia de apps sea tan elevada y, lejos de ir en retroceso, vaya en aumento con el paso del tiempo.
Presencia en un mercado enorme
Cualquier desarrollador que haya lanzado una plataforma al mercado tiene el objetivo que se use, que genere interés y cuente con público. Actualmente, la gran mayoría de los ciudadanos tienen un smartphone. Se calcula que, en México, la cifra es superior al 92%, lo que significa más de 125 millones de conexiones móviles. Así pues, es prácticamente obligatorio que las empresas y entidades inviertan en portales que tengan más posibilidad de acceso que otros, igual que sucede con una página web.
Acceso directo y facilidad de acciones
A diferencia de los navegadores, las aplicaciones tienen una accesibilidad más directa, sin direcciones ni buscadores. Esto se lleva al extremo si se compara con las tiendas físicas, con un horario establecido de apertura y cierre. De este modo, están abiertas todas las horas del día y todos los días de la semana, proponiendo una comunicación más o menos directa mediante las notificaciones o las diferentes acciones que puede realizar el usuario en ellas.
Si la red es un campo con miles de posibilidades, las apps les han puesto cierto orden. Se encasillan en prácticas específicas. Por ejemplo, se puede visitar un portal especializado en actividades concretas de entretenimiento como es el póker online o acceder a nuestra cuenta bancaria para realizar una transacción en pocos minutos. En ambos casos, lo que antes requería de un desplazamiento o una inversión de tiempo buscando por el campo virtual, se tiene en pocos minutos y un solo clic.
Generación de datos
En la época en la que vivimos, los datos tienen una gran importancia para las compañías, pues son una manera de saber cómo es el cliente y así poder enfocar los objetivos en función de este. Las aplicaciones se han convertido en los últimos años en una de las mayores fuentes de información y permiten a las compañías saber qué movimientos concretos hacen los internautas en ellas, dónde se dirigen o qué es realmente de su interés.
De este modo, es más fácil que nunca detectar cuáles son los perfiles de la audiencia y diseñar campañas acordes para que encajen mejor en sus preocupaciones. Ejemplo de ello lo encontramos en las redes sociales, donde vemos que, según la actividad que más se consuma, posteriormente nos llegan las informaciones o contenidos relacionados. Lo que parece casualidad es, en realidad, obra del big data.
Hacer marca
Tener el logotipo de una compañía en miles o millones de dispositivos es una de las mejores campañas de publicidad que puede haber. Por poco que se use la app, la presencia de la marca siempre está allí, teniendo más o menos notoriedad, y sabiendo por parte del público que ofrece acceso directo a sus servicios. A su vez, están las notificaciones, una herramienta ideal para las compañías para lanzar anuncios y no dejar que el interés en ellas decaiga.
Vanguardia tecnológica
Más allá de motivos publicitarios, estratégicos o comerciales, para una empresa, tener una app es sinónimo de estar donde le toca tecnológicamente: la vanguardia tecnológica. Aunque estar presente puede no tener un gran retorno positivo, sí que lo tiene de negativo estar ausente. Lo mismo sucede en las redes sociales de mayor popularidad, pues por poco que se haga se tiene que estar, ya que es donde está el público. Veremos si en el futuro, después de las páginas web, la televisión, las redes sociales o las aplicaciones móviles, llegan nuevos universos como puede ser el metaverso.