“Lonchera escolar”, una estrategia para prevenir la obesidad infantil

A raíz del incremento de enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, diabetes e hipertensión, alumnas de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad de Guanajuato (UG), acentuaron la importancia de la correcta aplicación de la “Lonchera Escolar” en la población infantil de México.

Los principales factores que favorecen el desarrollo de los mencionados padecimientos son el sobrepeso, la falta de actividad física, una alimentación de mala calidad; así como, la mercadotecnia de los productos ultra procesados, los cuales afectan a toda la población, pero en especial a los menores de edad.

Al respecto, las alumnas Yoselin Guadalupe de la Cruz Anaya, Rebeca Nayeli Magdaleno Ruiz, Valeria Maya Almanza, María Fernanda Salinas Magallón, Cinthya Verónica Ramírez Torres, guiadas por el Dr. Cuauhtémoc Sandoval Salazar, profesor investigador del Campus Celaya-Salvatierra de la UG, trabajaron durante un Verano de investigación en un proyecto para analizar la relación entre hábitos de alimentación y enfermedades crónicas.

Al respecto, destacan que, en nuestro país, la población presenta patrones inadecuados de alimentación desde etapas muy tempranas; por ejemplo, se registra una baja implementación de lactancia materna exclusiva, una disminución en el consumo de frutas y verduras y casi nulos índices de activación física general.

Por ello, es fundamental que los padres de familia tomen en cuenta las recomendaciones nutricionales otorgadas por las Guías Alimentarias de la Secretaria de Salud del Gobierno de México (SSA), buscando fomentar la participación activa en la preparación de una lonchera saludable para los infantes.

Dichas guías utilizan la evidencia científica, proporcionan recomendaciones y productos que contribuyen a facilitar el cambio o ajuste en el sistema alimentario, enfocado hacia mejores prácticas relacionadas con la alimentación, la nutrición y la salud.

A continuación, se enuncia un listado de los productos y alimentos que se deben incluir en la lonchera de forma diaria de acuerdo con las Guías Alimentarias:

• Una o más porciones de verduras tales como 1 taza de pepino o de jícama o espinaca, ½ taza de zanahoria y frutas (1 manzana, ½ plátano, 2 mandarinas, 17 piezas de fresas, 2 naranjas).

• Alimentos preparados con la combinación de dos o más alimentos, por ejemplo: una torta (jamón, queso panela, jitomate, lechuga, aguacate); un sándwich (puede llevar jamón o queso panela, lechuga, cebolla, jitomate y aguacate); quesadillas (hechas con tortilla de maíz, queso panela, lechuga, jitomate o pico de gallo, aguacate; chilaquiles (pueden llevar queso panela, pollo o huevo, lechuga, crema, salsa de tomate verde o jitomate).

• Es importante la inclusión de lácteos; por lo que, se puede añadir el yogurt bebible o batido natural sin azúcar.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), los patrones alimentarios saludables inician con la lactancia materna hasta los seis meses de vida, posterior a ello, es importante comenzar con una alimentación complementaria donde se incluyan alimentos como cereales o leguminosas y a partir de los siete meses de edad, se recomienda agregar las proteínas de origen animal a la dieta de los bebés recién nacidos.

Lo anterior puede ser una acción importante para evitar problemas futuros de sobrepeso y obesidad, agravantes a la salud que desafortunadamente siguen presentes en la población de los grados preescolar, primaria, secundaria y nivel bachillerato.

El equipo de investigación de la UG destacó el impacto negativo de la modernización industrial alimentaria de alta producción o en su caso, el consumo de alimentos industrializados con azúcares refinados y grasas saturadas.

Otro de los factores a considerar, es el contenido de la lonchera de los preescolares y escolares ya que, mediante una investigación se detectó que la mayoría contiene una gran cantidad de alimentos como sopas instantáneas, bebidas gaseosas, jugos, galletas, chocolates, papas fritas o dulces, mismos que aportan al organismo altas cantidades de azúcares y grasas de mala calidad.

También se advierte la relevancia de la buena alimentación durante el nivel preescolar ya que es la etapa donde los menores de edad se encuentran en pleno periodo de crecimiento y de formación de los hábitos nutricionales adecuados; es decir, durante la “Infancia Temprana” la cual es una fase prioritaria para impulsar las acciones que promuevan un desarrollo óptimo y saludable.

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