Irapuato, Guanajuato.- Uno de los momentos más complicados en la vida de Liz Zaragoza, fue cuando su papá enfermó de cáncer y al poco tiempo dejó de existir. La irapuatense es una mujer promotora de adopción de mascotas que ha tenido pasajes complicados en su vida.
Liz Zaragoza vivió una niñez distinta a la de otros niños, pues a pesar de que su papá de nombre Luis no contaba con estudios, era un hombre del que aprendió el valor del respeto, el compromiso y la responsabilidad, pues tenían un negocio de pescados en el que ella también lo apoyaba.
“Aprendí de él, aprendí del cáncer que se lo llevó en 2 meses, aprendí de las oraciones, de las esperanzas, del dolor, de las noches de desvelo en su enfermedad, de la desesperación, pero también de la solidaridad, del amor y de todo lo que te enseñan esos procesos fuertes de la vida. Aprendí de él luchando hasta el último aliento, siempre fuerte, siempre un roble. Él me enseñó a ser una guerrera”, dijo Liz Zaragoza.
La mujer irapuatense hace algunos años estuvo en la Dirección General Jurídica del municipio y cuando terminó la administración dijo encontrarse con momentos complicados, pero que le sirvieron para reacomodar su vida, siendo una de las apremiantes principales el haber sido madre de una niña de nombre Isabella.
Justo en los momentos posteriores a la muerte de su papá, recordó que “iba llorando en el carro y mi niña estaba sentada atrás y me dijo ‘porqué estás triste, mi abuelo va con nosotros’, y como arte de magia cambio mi vida, porque entre sus palabras Isabella, comentó que había una libélula y las líbelas significan la unión entre la vida y la muerte”.
Liz hoy en día, trabaja en la sala de un tribunal y aunado a ello se dedica a la adopción y rescate de animales en situación de calle, sin embargo, ha mostrado el interés en contender por una candidatura a una diputación local, donde el ánimo por llegar a legislar, dijo “no es coincidencia, es preparación, porque Guanajuato requiere personas preparadas”.