León, Guanajuato.- Leonardo Curzio, conocido comunicador, opinó sobre el papel de los medios de comunicación en la coyuntura de la cuarta transformación y sobre las próximas reformas que se discutirán en el Congreso de la Unión, en especial ante la posible desaparición de los órganos de transparencia.
El comunicador señaló que, el papel de los medios de comunicación ante la posible desaparición de los órganos de transparencia del estado, deben seguir generando lo que él llama un “superávit de conciencia”, es decir, los medios deben de ir “más allá” de lo que los políticos digan, ya sea en un sentido o en otro. de lo que esta en juego.
Este “superávit de conciencia” debe de poner de manifiesto, de cara a la ciudadanía, un tipo de alerta sobre los temas que están en juego dentro del debate político y señalar los riesgos y lo delicado de tal o cual decisión que se tome en las esferas del poder, señaló el comunicador.
Por otra parte dijo que el gobierno ha entablado un juego en el que se trata de desmovilizar a la opinión critica del país y en su opinión lo ha logrado, pues hay sectores industriales que han decidido callarse, así como muchos sectores de la sociedad que dicen “para que buscar problemas, mejor guardar silencio”, sin embargo, una parte de los medios siguen defendiendo la independencia de criterio y siguen cumpliendo con su obligación fundamental de seguir generando ese “superávit de conciencia”.
Por tanto, díjo Leonardo Curzio que, a los medios les toca seguir luchando por la libertad, a pesar de los esfuerzos del gobierno por solo hacer escuchar su voz y tildo de vanos esos intentos, pues la gente sigue teniendo la convicción de que solo una parte de la verdad esta en palacio y la otra parte habita en diferentes casas y los medios son fundamentales para la acercar a las audiencias a la verdad.
Así los medios de comunicación deben garantizar su independencia y mantener su criterio y ver las cosas de manera distante, es decir, sin involucrarse en los argumentos pro gubernamental o antigubernamental, sino entrar al diálogo sin la desacreditación de alguna de las posturas y coadyuvar a las discusiones de los asuntos importantes para la sociedad.