
Por El Columpio.
Samantha Smith está contenta: su escándalo con la momia “pirata” le ayudó a distraer problemas diversos, a que pasaran sin tanto problema el PMDUOET y el PIMUS, que no tuviera eco el escándalo con su operador político y hasta le dio para regalar a medios de comunicación críticos.
El pasado fin de semana estuvo en el Festival de Ciudades Mexicanas Patrimonio de la Humanidad, Samantha subió fotos y videos en el que presumía una “momia” guanajuatense. Nunca anunció que la llevaría, nunca informó si era o no la original.
El eco de los medios informativos críticos resonó a nivel nacional al deducir que se trataba de un cuerpo árido trasladado a aquella ciudad sin los permisos ni supervisiones correspondientes al Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El escándalo fue aprovechado para su estrategia: cuatro días después dio rueda de prensa, cobijada por sus propagandistas para aclarar lo que ya para entonces se sabía: es una copia en 3D. Dijo que harían nueve más y que viajarían en vez de las originales.
La presidenta municipal se dio el lujo de regañar a sus críticos: “que no publiquen sin preguntar antes”. Como estrategia y trampa política, fue exitosa; como funcionaria pública faltó a la ética de ser transparente.
La “momia” le permitirá seguir manteniendo agenda mediática, sobre todo en espacios afines. Mientras tanto, Ludovico esconde su Rolex, le sigue echando al culpa a la falta de presupuesto federal para bachear y su esposo sigue en pleito con otro medio por cuestionarle sus millonarios negocios.