Irapuato, Guanajuato.- Cada año a finales del mes de noviembre, en el estacionamiento de la vieja central de abastos de Irapuato se instalan los comerciantes de temporada, donde en su mayoría viven dentro de su negocio durante un mes.
Tal es el caso de Guadalupe Martínez de 38 años de edad que viene desde Michoacán a vender sus noche buenas. Ella junto con su familia se dedica al cultivo de estas flores con 10 meses de anticipación, tiempo necesario para lograr que maduren para su venta, “mi familia y yo las cultivamos, comenzamos a sembrarla desde marzo para que florezcan a tiempo para venir a venderlas.”, dijo
Guadalupe deja a su familia en su ciudad de origen para venir con su hijo mayor durante un mes entero a vender a Irapuato, “prácticamente dejo a mi familia y me traigo a mi hijo el más grande, él me ayuda subir todas las flores al camión, me traigo mi parrillita eléctrica para hacernos de comer, una casa de campaña, y cobertores para no dormir sintiendo el pavimento.”, expresó.
Desde el 20 de noviembre hasta el 24 de diciembre, estos comerciantes improvisan para hacer su estadía cómoda y practica sin tener que gastar más “Venimos cada año porque ya es más que una tradición instalarnos en esta parte de Irapuato para vender nuestra noche buena. Aquí dormimos, aquí comemos, aquí nos bañamos, lavamos nuestra ropa y vivimos durante un mes.”, mencionó.
La comerciante tiene 10 años instalándose a Irapuato y en los últimos años ha notado que las ventas han bajado considerablemente, “durante el tiempo que tengo viniendo me he dado cuenta que las ventas ya no son las mismas de hace 10 años, desde que llegó la pandemia se notó el cambio.”, subrayó.
Doña Guadalupe finaliza deseando que este año el comercio mejore para ella y sus compañeros, “espero en dios que este año sea mejor para todos. Las rentas suben y necesitamos recuperarnos del gasto.”, finalizó.