
Cuerámaro, Guanajuato.- Las reconocidas “calles compuestas” de Cuerámaro forman parte esencial del patrimonio cultural del municipio. Su origen se remonta a la transformación de la antigua Hacienda de San Francisco Cuerámaro, que en 1858 fue adquirida por Agapito de Anda bajo el marco de la desamortización civil. Con esa compra, la hacienda dejó de operar como tal y comenzó a fraccionarse hasta convertirse en la Congregación de Cuerámaro.
Posteriormente, el 12 de noviembre de 1869, la congregación fue elevada a pueblo y cabecera municipal, adoptando el nombre de Cuerámaro de Degollado en reconocimiento al liberal Santos Degollado.
De luminarias a tradición guadalupana
Las fiestas que dieron origen a las calles compuestas comenzaron en 1876 en honor a San Francisco de Asís, santo patrono del municipio. Ante la ausencia de luz eléctrica, los habitantes iluminaban el paso de los peregrinos con velas, fogatas y ocote, tradición que se conoció como “luminarias”.
Entre 1936 y 1939, una serie de accidentes obligó a suspender estas celebraciones. Fue en 1939 cuando el sacerdote José María Aguirre decidió retomarlas, pero ya no dedicadas a San Francisco, sino a la Virgen de Guadalupe, lo que dio forma a la tradición tal como se conoce en la actualidad.
Con el crecimiento urbano de Cuerámaro durante el siglo XX, la festividad dejó de organizarse únicamente por calles del centro para expandirse a colonias y comunidades, integrando cada vez más zonas del municipio.
Calendario actual de las “calles compuestas”

De acuerdo con la cronología festiva actual, las celebraciones se dividen de la siguiente manera:
Del 17 al 30 de noviembre: las colonias organizan y “componen” sus espacios con altares, arcos, luces y decoraciones tradicionales.
Del 1 al 11 de diciembre: se realiza el “componer” de las calles principales del municipio.
12 de diciembre: se lleva a cabo la tradicional peregrinación en la que participan las 42 comunidades de Cuerámaro. Todas convergen en la misa del mediodía y posteriormente realizan un recorrido por las calles adornadas en honor a la Virgen.
Al concluir los actos litúrgicos, inician las actividades sociales: música, danza, juegos pirotécnicos, convivencia familiar y gastronomía típica.
Tradición que evoluciona, pero no se pierde
Aunque muchos elementos antiguos, como faroles de petróleo o decoraciones hechas exclusivamente con papel de china, han sido reemplazados por luces eléctricas, bocinas y materiales modernos, la esencia comunitaria se mantiene: familias que instalan altares, vecinos que decoran juntos las calles y peregrinos que llegan desde todas las comunidades del municipio.
Para los habitantes, las calles compuestas son más que una festividad religiosa: representan identidad, cohesión social y una herencia transmitida de generación en generación.
Cada año, cientos de familias se reúnen para celebrar esta tradición que continúa fortaleciendo el vínculo entre las colonias, las comunidades rurales y el corazón histórico de Cuerámaro.
Con información del cronista de Cuerámaro Julio Alvarado Soto.
