Irapuato, Guanajuato. – Hace aproximadamente un mes, “intentaron asaltar” a un grupo de carpinteros indígenas, dedicados a la venta de muebles elaborados por ellos mismos en su puesto de trabajo ubicado sobre el bulevar Arandas. Según información extraoficial, el propietario se habría defendido y dejando lesionado al asaltante en el proceso.
El incidente habría dejado una huella de temor y desconfianza entre los “indígenas”, pero lo que siguió dejó a quienes conocían a este grupo de trabajadores asombrados debido a que, semanas después del asalto, el pequeño negocio fue desmantelado por completo.
La razón detrás de esta decisión al parecer fue porque las personas afectadas decidieron regresar a su lugar de origen, posiblemente en Michoacán, aunque no hay confirmación precisa al respecto.
En los últimos días transeúntes y conductores del bulevar Arandas han presenciado cómo poco a poco el negocio desaparecía, dejando atrás solo el rastro de lo que una vez fue. Hoy en día, solo queda el “recuerdo” de donde antes se alzaba el puesto, ubicado a unos cuantos metros del Oxxo, frente a San Antonio de Ayala.
Estas personas indígenas no solo eran vendedores ambulantes, sino también artesanos y emprendedores que luchaban por ganarse la vida de manera honesta y digna.
El desmantelamiento de su negocio representa más que la pérdida de un medio de subsistencia para ellos; si no que también refleja las dificultades y desafíos a los que se enfrentan las comunidades marginadas en su búsqueda de una vida mejor.
En un mundo donde la desigualdad es importante recordar que cada persona tiene una historia que contar, una lucha y una dignidad, dijo Esaú González.