Más allá del resultado obtenido por la Selección Mexicana en el triunfo contundente frente a Croacia, por marcador de 3-1 que le da el pase a la segunda ronda. Más allá del juego contra Brasil y Camerún. Más allá de la angustiosa eliminatoria. Más allá del campeonato que le dio al equipo América; el “Piojo” Herrera nos manda un claro mensaje: “Vamos a ganar”.
Y es que es muy “sencillo”: Hacer lo mejor que se puede, con la gente que se tiene y con las herramientas que se necesitan. Jugar para ganar. A fin de cuentas el fútbol es un juego, y trabaja con futbolistas. Miguel Herrera no juega para perder o para empatar. Juega para darlo todo, para entregarse en un 100%, no se guarda nada, ni un comentario, ninguna expresión. El contraste de las celebraciones de triunfo con los demás entrenadores es muy significativa.
Miguel Herrera le ha dado a los futbolistas mexicanos esa “magia” que necesitaban. Más allá de las pláticas con los psicólogos y motivadores que están en su equipo, sus palabras de aliento de que “Vamos a ganar” han hecho eco en los resultados del tricolor.
Y es que pareciera fácil, pero no lo es. Mientras todos ejercen su libertad de pensamiento en que “Vamos por el quinto partido”, “Holanda es muy complicado”, “Imposible ganar un mundial”, Miguel Herrera ha hecho todo lo contrario. No importa romperse el alma por conseguir un objetivo, una meta, y el objetivo es muy claro: Ser campeón del Mundo. No hay otra, si no ¿a qué van a un Mundial? ¿Por el quinto partido?. Esa no es la finalidad. Ese no es el objetivo. El objetivo es ganar. Son futbolistas, se dedican a jugar futbol, viven del futbol, entrenan fútbol, y juegan contra otro equipo al futbol. Lo menos que pueden desear, es ganar. Ganar un partido de fútbol, y luego el otro, el otro y el otro.
El día de ayer, cuando le cuestionaron si era su mejor día profesionalmente hablando, aseguró “es uno de ellos, porque vienen más”. Y con esa determinación y con esa confianza es con la que han brincado al campo los jugadores. A dar lo mejor de sí con el propósito de ganar.
¿Qué pasaría si un maestro se plantara frente al grupo y diera todo por dar su mejor clase?, ¿o el cantante subiendo al escenario, tratando de dar su mejor espectáculo?, ¿o el político al levantarse todos los días y hacer lo mejor por su comunidad?, ¿o el escritor tratando de escribir el mejor libro del mundo?, ¿o el fotógrafo tratando de captar una imagen que perdurara durante muchos siglos?. ¿Qué pasaría si todos tratáramos de ser más competitivos?. Amas de casa, abogados, periodistas, diseñadores, médicos, abogados, albañiles, tortilleras, panaderos, estudiantes, bailarinas, ingenieros, boleros, tenderos, comerciantes, políticos, cantantes, pediatras, ciudadanos, críticos, escritores, lectores, deportistas, choferes, repartidores, carpinteros, plomeros, bomberos, paramédicos, enfermeros, carniceros, costureras. Todos. ¿Qué pasaría si todos tratáramos de dejar huella en la humanidad, en nuestra sociedad, en nuestra familia, en la gente que queremos, que amamos?.
Todos quisiéramos ser campeones. Todos. Ser los mejores. Pero nosotros mismos somos quienes nos ponemos trabas, y la primera de ella es la mental. “Es difícil”, “Estoy cansado”, “Es nuevo para mí”, “Hay muchos mejor que yo”, y una infinita lista de “muletas mentales” que nos impiden avanzar.
Para ganar hay que estar preparados. Y la primera parte para ser campeón es creérsela. Actuar, sentir, vivir, como un campeón. El mensaje de “El Piojo” Herrera es muy claro: “Vamos a ganar”. Y seguramente, y gracias a ese ánimo, a esa fe y a esa convicción, seguramente la Selección Mexicana ganará. Demos todo para ganar, para ser los mejores… para ser los campeones en lo que hacemos. Para ser los campeones de nuestras propias vida.
Por: Davinchi
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“Todo nace con la necesidad, de ahí el deseo, luego el objetivo, después la preparación, hasta conseguir el triunfo”: #Davinchi #NotusNoticias.