Irapuato, Guanajuato.- Dijo llamarse Jesús, al parecer tiene 12 años y dijo vivir brincando la vía del tren, tenía hambre y a los pocos minutos de haber pedido algo de comer se fue a dormir en el suelo junto a una mujer que podría ser su abuela. Afuera de la entrada vehicular del área de urgencias del IMSS el niño y su “abuela” pusieron unos cartones, se acostaron y se cobijaron con una pequeñas mantas; al menos la noche no era muy fría, pero sí refrescaba.
Al lado de Jesús había otros “indigentes”, todos ellos al parecer toman este lugar para dormir por la seguridad que puede representar y al menos no sentirse sólos, porque también afuera hay familias de las personas enfermas que llegan aquí, no por que quieran sino por enfermedad.
“Traigo 20 pesos me completa para un yogurt de esos grandes de durazno”, fueron las palabras de Jesús de complexión morena, delgado, con ropa muy holgada, con cabello muy corto, casi al raz, sucio y con unos zapatos que se le venían grandes.
Estaba en la puerta de la farmacia Guadalajara pidiendo completar su comida y dijo”yo no me drogo, quiero para mí y mi hermana, vivo al lado de las vías del tren”, acto seguido una persona le dijo dame tu dinero y te pongo lo que falta; el yogurt costaba 42 pesos.
Jesús tomó camino, primero con rumbo desconocido y después regreso pero al lado dela que al parecer era su abuela, se acomodó en el suelo duro, agrietado y frío, después comenzó a comerse el yogurt, era tal el hambre que literalmente se lo devoró.
Después el niño se tapó la cabeza, le dio un abrazo a su “abuela” y se durmió, todo esto alrededor de las 12 de la noche, ya en la mañana habían desaparecido.
Cómo Jesús, aunque ya adultos, hay varias personas que también duermen ahí, que se conectan con la noche y que posiblemente esperan el día para continuar con sus actividades.