Irapuato, Guanajuato.- Javier es un vendedor de tamales, chocolate, café, pan dulce, entre diversas cosas, dispuesto a vender, pero también dispuesto a ayudar a los migrantes que “buscan saciar su hambre”.
Menciona que en ocasiones se tiene que “ajustar” a lo que los migrantes pueden pagar, a veces incluso regala sus productos a los migrantes que no pueden pagar pero que tienen hambre.
Javier inicia su día a las 6:30 de la mañana, llegando al puente listo para recibir a los migrantes, ofreciendo un poco de alivio a través de sus productos, su día acaba a las 11 de la mañana en este punto, dependiendo de las ventas que tenga.
Antes de establecerse en el puente siglo XXI, Javier solía vender sus productos frente a la preparatoria oficial, pero al ver mucha gente debajo del puente lo motivo a posicionarse en este punto de la ciudad, mencionando que nadie les vende nada a los migrantes.
Javier comenta que “En cuestión de ventas, le va bien”, el creé que su generosidad y apoyo hacia los migrantes Dios se lo ha multiplicado.