Escribo estas líneas en memoria de quienes amamos tanto y se han ido, de quienes siempre recordaremos con dolor y sin ignorar el sentimiento de culpa que nos aqueja, pues tal vez no estuvimos ahí cuando nos necesitaron.
Esto es para ustedes, personas maravillosas con quienes Dios nos permitió convivir; con quienes crecimos y erradamente pensamos que siempre estarían al lado nuestro. Familiares, amigos y conocidos que nos regalaron lo mejor de ustedes quizás en grandes acciones, pequeños detalles o simplemente con una leve sonrisa que nos hizo saber que estaban ahí para nosotros.
Un homenaje para ustedes, gente guerrera, luchadores incansables de la vida; que hicieron de este mundo un lugar mejor.
Gracias por lo que nos regalaron con su existencia, consejos, anécdotas, sonrisas, alegrías y llantos, recuerdos que nos acompañaran por siempre pues seguirán viviendo en nuestros corazones.
Sé que algún día nos reuniremos nuevamente para ya no separarnos; allá junto a Dios, donde están cerca del sol, donde no hay dolor ni sufrimiento pues el amor y la paz sobreabundan.
En memoria de quienes seguiremos amando.