
Guanajuato.- Desde enero hasta octubre se contaron alrededor de 72 cuerpos en diversas fosas en el estado, de acuerdo con la Plataforma por la Paz y la Justicia, sin embargo, Guanajuato, aparentemente es un “campo minado”, en donde cualquier lugar podría albergar restos humanos.
A diferencia de años anteriores, la dinámica ha cambiado notablemente. Ya no se trata de zonas con una gran cantidad de cuerpos, sino de espacios donde al menos una persona ha sido enterrada.
Son los colectivos quienes representan más del 60 por ciento de los hallazgos, esto gracias a denuncias anónimas y una labor incansable de exploración. “Hasta Encontrarte”, “Luz y Esperanza”, “Una Luz en mi Camino”, “De Pie Hasta Encontrarte”, “Encontrando la Paz” y “Madres Guerreras de León”, conforman algunos de los grupos buscadores trabajan a diario por los que ya no están.
Cerca de 29 colectivos cuya meta es encontrar a sus seres queridos se dan a la tarea de atender reportes de posibles fosas.
Entre los municipios, destacan Irapuato, Silao, Villagrán, León, Yuriria, Salamanca y Juventino Rosas, Celaya, Salvatierra, la mayoría perteneciente al corredor industrial.
Los hallazgos con más cuerpos este año se concentran en Irapuato
El primero a finales de julio, con la localización de restos óseos pertenecientes a 31 personas en La Calera y el segundo en Molinos de Santa Ana, ubicando al menos 12 cadáveres, ropa, artículos personales, identificaciones y otros aditamentos.
Le sigue Villagrán, específicamente en Suchitlán, donde se encontraron 11 personas sin vida los primeros días de septiembre dentro de un pozo en desuso.
La cotidianidad de la situación marca al estado como un punto rojo a nivel nacional, sumado a la problemática del crimen organizado y la inseguridad característica.