Pénjamo, Guanajuato.- A pesar de su edad sigue buscando ser productivo para sobrevivir, la pepena de residuos en los botes de basura, son la posibilidad para obtener materiales que se puedan vender por algunos pesos o incluso, ser utilizados para su sus necesidades cotidianas.
No habla con la gente, a penas y puede caminar, la postura recta la perdió hace mucho tiempo pero no entusiasmo para salir cada día a ganarse la vida en lo único que por ahora le ofrece una posibilidad, la basura en la forma y cantidad que su baja estatura y débiles brazos le permitan llevar.
Los comerciantes de la zona lo llaman Don José, pero no saben si es su nombre real o en algún momento alguien comenzó a llamarlo así. “A veces le ofrecemos un taco de lo que nos traemos de la casa para comer aquí en el negocio, lo acepta, pero él nunca pide, solo viene a los puntos donde ya sabe que va a encontrar desechos que puede vender en la recicladora” dice Noemí quien trabaja en un taller de radiadores.
Busca el cartón, el aluminio y el PET como la mayoría que se dedica a la pepena de basura, el cartón es el que más prefiere “Don José”, es bien pagado y más fácil de completar el kilo que se paga en alrededor de 2 pesos. Aunque las latas de aluminio son pagadas hasta en 17 pesos el kilo también son más buscadas por la gente que recolecta estos materiales y es más escasa.
Personas más jóvenes trabajan desde tempranas horas o altas horas de la noche, así que ellos encuentran primero, la mayor cantidad de aluminio y de PET, material que se paga en 3 pesos el kilo. El cartón es lo que en los negocios de las cercanías del mercado municipal se genera a lo largo de todo el día y es el área de oportunidad de “Don José”.
Este hombre de la tercera edad encuentra en el transcurso del medio día y la tarde, las cajas de cartón desechadas mayormente por las abarroteras, pero sobre todo, la ausencia de otras personas que también recolectan materiales reciclables y que prefieren trabajar en un horario donde el sol no sea un factor más de fatiga.
Poco se sabe del adulto mayor, si tiene familia, un hogar o quien vea por él, no responde a desconocidos, sin embargo es una figura ya identificada en las calles y sin tener compromiso los mismos comerciantes vigilan que cada día “Don José” aparezca a su recolección.