Irapuato, Guanajuato. Ella se pone en la puerta del OXXO y su “hermano” va a la ventilla de cada conductor que se detiene a cargar gasolina para pedir dinero; acto seguido, el niño le entrega a su acompañante las monedas que colectan.
El acto podría pasar desapercibido, pero se podría tratar de trabajo forzado infantil, explotación infantil o peor aún, podría ser otro tipo de delito, pues los “pediches” se les ha visto a diversas horas y distintos lugares haciendo, lo mismo, aunque se supone que el niño debería ir a la escuela.
En el OXXO de la avenida Reforma, en la gasolinera hay un niño de unos 12 años pidiendo para un taco, como lo ha mencionado y la que podría ser su hermana, se para en la puerta del establecimiento para abrirla a quienes entrar y también pedir dinero.
Horas más tarde ya se les puede ver ahora en el OXXO de la avenida Jacarandas, en Las Plazas y después en el mismo bulevar, pero ahora en San Antonio de Ayala o en el bulevar de San Antonio de Ayala.
Según los despachadores, los pedidores se van apareciendo de manera constante y en algunos casos, no a todos los clientes les parece que les pidan, porque “son muy insistentes y casi obligan a que les den”.
Los menores presuntamente se la han pasado pidiendo dinero desde hace tiempo, desconociendo su lugar de residencia, si el niño va a la escuela, la adolescente tiene otro tipo de actividades o bien cuál es la causa por la que piden dinero.
¿Qué es la explotación infantil?
La explotación infantil, también llamada esclavitud infantil, es la utilización de niños en trabajos normales o peligrosos, para fines económicos familiares o de otra índole, de menores de edad por parte de adultos, afectando con ello el desarrollo personal y emocional de los menores y el disfrute de sus derechos.
Entre los efectos nocivos del trabajo infantil se encuentran dificultad para asistir a la escuela, deterioro de la salud y daño a la integridad física y social, factores que vulneran los derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño.