“El graffiti en lo que yo llevo de trayectoria me ha demostrado que es unión, el graffiti te da todo, te quita muchas cosas pero aprendes a valorar lo que transmite, por ejemplo cuando estás pintando la gente se te acerca y te pregunta qué significa y empiezas a decir lo que significa para ti y ven de otra manera lo que tú haces”.
Así se expresó Roberto Carlos Bravo, un joven graffitero de 19 años, sus sentimientos y emociones son algunas de las que se encuentran plasmadas en los murales del Puente Visión Siglo XXI, en el parque skate de Moroleón y en el Jardín Xidoo en Salamanca, entre otros lugares.
La improvisación es lo que lo caracteriza; ojos y rostros son sus favoritos para plasmar en una pared, “Porque los ojos en muchas culturas son una puerta o una ventana hacia lo que a gente no quiere ver”, dijo.
Su técnica y trabajo por el que ha sido reconocido lo ha llevado a ser uno de los talleristas que participan en el segundo tianguis cultural en Irapuato, con la finalidad de acercar a los chavos para que aprendan estas actividades como el graffiti.
A través del graffiti él expresa principalmente lo que incomoda ya que explicó que sin necesidad de gritar la gente capta el mensaje.
“Porque en una pintura sin necesidad de gritar la gente lo ve y lo entiende”.
Roberto Carlos comentó que su enseñanza sobre el graffiti no sólo es que los chavos aprendan algunas técnicas de este oficio con pinceles o aerosol, sino también estudiar pintores como Dalí o Siqueiros “Demostrarles que el graffiti es pintura y la pintura tiene historia”.
El graffiti desde la calle
El graffiti se aprende en la calle. “A mí me ha pasado que cuando estoy pintando pasa la gente y me dice que eso sí es arte y no las rayas que hacen los vándalos en la calle pero simplemente les digo que yo también soy un graffitero, y realmente todo aquel que ahorita hace murales o pinta algo ya bien hecho empezó pintando en la calle”, señaló, Roberto Carlos quien tiene tres años y medio de experiencia en el graffiti.
Comentó que él en algunas ocasiones aún realiza graffiti ilegal en la calle, y es una esencia que el graffitero no puede perder ya que ahí se formó.