Irapuato.- Cuenta la leyenda que el “Catrin de Retana” sigue deambulando en lo que ahora es la plaza Cloutier en la zona centro de Irapuato. El notario público falleció hace poco más de 200 años y sus recuerdos aún vagan en la mente de los irapuatenses.
Alrededor del siglo XVIII llegó a Irapuato un hombre oriundo España con papeles que le acreditaban como notario; al poco tiempo, empezó a hacer relaciones entre la sociedad, todo esto en la calle de Chambón ( hoy Amado Nervo).
Cierto día el notario apareció asesinado con una estocada en el pecho; en aquellos años los investigadores detuvieron a un forastero que confeso ser el autor del crimen.
Dentro de las declaraciones del detenido y presunto asesino, comentó que el notario era un clérigo español, que habiendo tenido amoríos con una joven mujer de familia acomodada y reconocida en la provincia de Bandajoz, pero que la dejó al enterarse que estaba embarazada.
Sin embargo, no contaba con que el padre de la joven, estuvo investigando el paradero de la persona que había burlado la inocencia de su hija y al encontrarlo lo mató; el aparente homicida salió libre y regresó a España nuevamente.
Según la leyenda, el notario fue bautizado como el catrín de la Huerta de Retana porque después de muchos años algunas personas lo han podido observar en esta plaza pública y en algunas de las calles aledañas al bulevar Torres Landa.
Los testigos, han mencionado que el catrín se quedó con la esperanza de viajar a San Juan de los Lagos en Jalisco para visitar a la virgen y poder arrepentirse de sus pecados, sin embargo al parecer no lo logró.
ESAÚ GONZÁLEZ / NOTUS
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