Irapuato, Guanajuato. – El famoso castillo de Irapuato, mejor conocido como “La Casa Tiboli”, se encuentra ubicado en la Calzada Insurgentes, junto al templo y puente Guadalupe. La casa fue construida en el siglo XVIII. Esta construcción no cuenta con varilla sino con acero; cuando los propietarios comenzaron a excavar para la remodelación, pudieron observar lo que eran las varas de un pasillo oculto, pero en realidad eran los cimientos, la estructura con la que se construyeron eran las que usaron para construir muchas iglesias de esa época.
Antes de ser habitada, la casa fue una bodega; no se sabe bien si fue propiedad de Telmex o de la Comisión Federal de Electricidad. Contaban con materiales como alambres, entre otros, y para evitar que los curiosos entraran a la casa, decidieron colgar una calavera en un fresno. Entre las ramas, en las noches parecía mecerse, y es ahí donde toma el nombre de “La Calavera de la Calzada”.
Después del siglo XX, la casa fue abandonada y se fue destruyendo poco a poco, momento en el que empezaron a surgir las leyendas. Una de las leyendas más conocidas es la del charro. Se dice que en los años 30-40, el espíritu de la persona que construyó la casa, un licenciado que vestía traje de etiqueta del siglo XX de un hacendado, se pasea por las tardes o noches, un personaje emblemático de pie afuera de la casa.
Cuando se realizó la remodelación de la casa, los trabajadores en varias ocasiones comentaron haber visto al charro, quien parecía disgustarse cuando trabajaban hasta tarde y los invitaba a salir.
Además de la leyenda del charro, esta antigua casona cuenta con la leyenda de la calavera, que la asociaban con La Llorona. La leyenda abarca desde el puente de Guadalupe hasta la Calzada Insurgentes en los años 50. Se dice que, a mediados de octubre, la luna ilumina en dirección al puente de Guadalupe; al observar la calzada en las noches, se rumoreaba que La Llorona caminaba por ella y se adentraba en esta antigua casona.