Con la publicación del acuerdo que establece el calendario escolar para el ciclo lectivo 2013-2014 la Secretaria de Educación Pública comienza a mandar los mensajes necesarios para que se entiendan las atribuciones que considera “exclusivas” del estado, si bien es cierto que, desde que era iniciativa de ley hasta la ahora ya aprobada Reforma Educativa, el argumento recurrente para la recuperación de la rectoría del estado sirvió de sustento a los cambios propuestos, también creo ambigüedad en su interpretación, pero ahora comienzan a avizorarse acciones que preparan para lo que esto refiere, el calendario es una muestra de ello.
Lejos de lo que pudiera pensarse, el primer impacto cuando se difundió el calendario no fue la ampliación de los días, esto fue un efecto posterior, sino el hecho de que NO esté firmado por el sindicato, pero cuando se leen los considerandos del acuerdo esto cobra sentido, puesto que subraya el carácter exclusivo de la Secretaria para garantizar los 200 días de clases, los procesos formativos, lo necesario para cubrir los planes y programas de estudio que le dan el carácter nacional y por supuesto lo necesario para recalcar el deslinde de la parte sindical.
Ante lo anterior, pudiésemos decir que no implica problema reconocer la facultad que el estado tiene para hacer cumplir lo que la constitución mandata en materia educativa, pero lo que si podemos refutar es que desde su discurso de exclusividades excluye la opinión de los docentes, de padres de familia y de alumnos en la pertinencia de ampliar el calendario escolar, deja de lado el cansancio de la gran mayoría de maestros que también son directores comisionados puesto que cumplen una doble función en un mismo tiempo y con su mismo salario, omiten que son incidencias de corte institucional administrativo lo que satura los últimos días de clase como lo es el llenado de documentación, entrega del inmueble, entre otras linduras.
Aunado a lo anterior se encuentra la señalización de las reuniones de consejo técnico a realizarse los viernes últimos de mes, que si bien, los que nos dedicamos a la docencia sabemos de su urgente atención para que funcione como tal y para que se generen los cambios que las escuelas necesitan, sabemos también que si no se hace una amplia difusión ante la sociedad de lo que son los consejos técnicos, será mal entendida esta medida como un día exclusivo de descanso para los alumnos y se puede caer en la tentación incluso de creer que los maestros también contamos con este lujo exclusivo de faltar a clases, situación que no podemos permitir y en la que sí tendría injerencia lo sindical al tratarse de cuestiones que vulneran el trabajo y la imagen del docente.