Irapuato, Guanajuato.- Caminaba y corría de un lado a otro, por momentos se tiraba el piso y en otros iba abrazar a los jugadores de basquetbol en la cancha frente al templo del Buen Pastor en Irapuato; un adolescente muy drogado, parecía un ser que pocos comprendían, al fondo se observa la escuela Cuauhtémoc y en una de sus bardas, las siglas de un grupo delincuencial.
Por la mañana, un grupo de mujeres mayores practican zumba, la maestra ha decidido poder dar clases a un grupo de vecinas de manera voluntaria, mientras que a la par hay algunas personas practicando algún tipo de deporte.
En el parque, los juegos han sido destrozados de manera constante, inclusive ha sido tal el daño que, según colonos, hace un par de meses, llegó una camioneta con personas ajenas al lugar, desarmaron una de las resbaladillas y se la llevaron.
Por la tarde, que es el horario en el que hay más personas, sin embargo, ahí aumentan los problemas o mejor dicho algunas personas problemáticas, aunque hay ciertos casos que muestran parte del deterioro del tejido social.
Por ejemplo, un joven que de manera constante se le ve drogado en las canchas; anda desalineado, sin peinar y ríe mucho, pero sus palabras y acciones parecen de una persona que “anda en otro mundo”.
En esta misma escena se alcanzan a notar los deportistas, los padres de familia con sus niños en los juegos que aún siguen de pie y grupos de jóvenes fumando, todos ellos en un mismo lugar, donde a un costado, está una primaria, luego un CAISES y enfrente una iglesia.
