Descubriendo a Fabián Cuellar, jugador de La Trinca

Irapuato, Guanajuato.- Notus conversó amenamente con el colombiano Fabián Cuéllar, jugador del club Irapuato, para conocer más de él, su familia, sus pasatiempos y su vida fuera de la cancha, a continuación lo que nos platicó.

No soy experto pero me defiendo

En la cocina, Fabián nos contó que es “muy bueno” preparando platillos sencillos típicos de Colombia que se comen con camarón y pollo, así como las pastas.

Me gusta cocinar soy de los que llego a la casa y  a veces le digo a mi esposa que no cocine, llego y me gusta estar con ella en la cocina y empezar a cocinar, no es que sea un experto pero me defiendo muy bien.  Al menos no se me quema el agua”, dijo.

Lo que ha probado en México…

La comida muy rica, ahí me ayudan a subir de peso de vez en cuando”. Los tacos, Las tlayudas y las fresas son los platillos tradicionales mexicanos que mejor recuerda el paladar del futbolista.

 

Cuando estuve en Oaxaca me encantó mucho un plato que le dicen Las tlayudas, que es como una tortilla grande que por dentro viene con verduras y trae carne arrachera o costilla asada y después la ponen a asar esa tortilla y queda como tostadita, muy rica… los tacos ¡son un espectáculo! la verdad que siempre que tengo la oportunidad de parar he probado toda clase de taco en las ciudades en las que he estado; la verdad la comida muy rica”.

 

Acá en Irapuato hemos tenido la oportunidad de probar las fresas, la verdad que me gustan mucho también ahora degustar de la fresa cada que se pueda…”

El colombiano ha tenido la oportunidad de conocer y recorrer  varias ciudades del país que le han “encantado” como Guanajuato, Querétaro, Guadalajara, Oaxaca y ahora Irapuato, aunque también le gustaría conocer León.

Un día con la familia

Esposo y padre de una niña de 5 años,  al futbolista  le gusta salir a caminar por las plazas, a comer y disfrutar de un rato con su pequeña familia.

En Irapuato y en el país, su estancia hasta ahora les ha sido placentera, sin embargo lejos de sus padres y hermanos también es difícil.

Mi esposa e hija que hace 15 días están acá conmigo en México,  están muy contentas hasta ahorita en Irapuato;  en Oaxaca también la pasamos muy bien, estamos muy felices en México y ahora el poco tiempo que hemos pasado hemos disfrutado, no hemos tenido mucho la oportunidad de salir, por estar jugando”, comentó.

¿Más hijos?…

A veces ella (su hija), Fabián nos contó que  “nos pide un hermanito en la noche siempre que se va dormir comienza a llorar y a pedirme un hermanito, como la acostumbramos a dormir sola en su  habitación, pero ahora por el viaje y por estar en otro país no pensamos mucho en tener otro hijo”.

Lejos de la familia pero aprovechando la oportunidad en México…

A pesar de estar lejos de los padres y hermanos, el futbolista fresero se mantiene optimista y aprovechando la oportunidad de jugar en el futbol mexicano, además de sentirse “bendecido” por su profesión.

Siempre a uno como extranjero por muy bien que este en otro país, como digo yo gracias a Dios soy bendecido jugar futbol y de tener la oportunidad de estar en México que muchos sudamericanos quisiéramos tener esta oportunidad y tener esta oportunidad que tenemos por lo que sabemos cómo es el futbol mexicano, cómo te tratan , el nivel económico, el nivel futbolístico pero también se extraña mucho la familia, se extraña mucho la ciudad, de perderse momentos de estar con su familia por estar trabajando por estar aprovechando esta oportunidad. Soy bendecido en mi carrera y aprovechando esta oportunidad para en su momento estar con ellos y disfrutar con ellos”.

El clima

Para el mediocampista el clima en México es más “agradable” que en Colombia ya que nos comentó que la temperatura es mucho más alta a comparación de Irapuato, dijo.

Acá estamos muy tranquilos porque en la ciudad en la que nosotros vivimos en Colombia hace un calor impresionante, en grados del día son hasta 38 grados de temperatura, hace un calor bárbaro”.

Alguna de esas anécdotas…

Durante su estancia en Irapuato, Fabián contó alguna anécdota en la ciudad, al lado de sus compañeros del club fresero, a la hora de los entrenamientos.

Los viajes que nos han tocado para buscar canchas, siempre uno se pierde, llega media hora después, empezamos tarde el entrenamiento, supuestamente nos vamos en caravana y ahí siempre sale despistado uno, termina llegando más tarde a los entrenamientos pero la verdad muy agradable”.

Por Sara Garibaldi | Twitter: @periodicoNotus

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