Irapuato

¿De qué morían los irapuatenses en el Siglo XVII?

Desde caída de rayos, hasta llegar a vivir más de 90 años, eran algunas de las principales causas de defunción entre los irapuatenses del siglo XVII

Irapuato Guanajuato. En el siglo XVII, aun estando presenta la Nueva España, la iglesia aún se hacía cargo de las cosas relacionadas a la muerte, es decir, ellos llevaban a cabo el registro de las defunciones y no el gobierno como lo es ahora. El investigador Jorge Luis Conejo Echeverría, en su artículo nombrado “Cuándo Vengan a Llamar Traigan en que Vaya el Ministro”, expone las causas de muerte más comunes entre los irapuatenses en aquel siglo, una vez analizadas los registros de defunciones de la parroquia de Irapuato.

Dichas causas son:

  • Muertes por Accidentes
  • Muertes Violentas
  • Muertes por Enfermedades
  • Muertes por Parto
  • Muertes por Vejez

Muertes por Accidentes. En los registros de este tipo de muerte se encuentra el caso de Mónica Angelina, quien era una tarasca que falleció el 2 de agosto de 1655 tras la caída de un rayo. Otro caso es el de Joseph Sánchez, un mestizo que falleció el 14 de enero de 1643 debido a que lo arrastró una mula.

Muertes Violentas. El 23 de noviembre de 1648, un tarasco de nombre Miguel fue apuñalado por otro indígena, mientras trabajaba en la hacienda de Juan Ledesma, nunca se supo quién era el responsable. El 14 de abril de 1657, una mujer llamada Ana quien era oriunda de Guadalajara, murió apuñalada en el Coecillo, al igual se desconoce al responsable. Mientras que Juan de la Cruz, mejor conocido como “el lobo”, murió ahorcado, en el registro de defunción se puede leer, la frase “lo ahorcó la real justicia”.

Muertes por Enfermedades. En 1681, el español Joseph Barreto de Tabora, murió a causa de vómitos. Mientras que el 1 de mayo, Tomasa de la Cruz falleció en la hacienda Aguilera, ubicada en el sur de Irapuato, a causa de “aplopexia”, que era pasmo y estupor de los nervios en todo el cuerpo, con privación de sentidos y movimientos.

Muertes por Parto. Este tipo de defunciones era muy común. El 7 de diciembre de 1650, se registró la muerte de Magdalena María, quien era una otomí. Mientras que María Aguado, una española asentada en Irapuato falleció el 12 de febrero de 1683.

 Muerte por Vejez.  Pocas personas alcanzaban a superar los 50 años, a quienes los conseguían, se le atribuía la vejez, tal es el caso de Lázaro Hernández, quien falleció el 4 de febrero de 1664, tras alcanzar los 90 años de edad.

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