Guanajuato, Gto. – Fue el incendio de la catedral parisina de Notre Dame, ocurrido en diciembre de 2019 lo que llevó al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo a realizar una visita circunstancial al teatro Juárez. El saber de los riesgos de ese emblemático edificio que tiene maderas, telas y otros materiales inflamables, lo motivó a proyectar su restauración. Hasta ahora van 161 millones de pesos y faltan más. Por lo pronto, este viernes fue reinaugurado y está listo para la edición 51 del Festival Internacional Cervantino (FIC).
Fue una fiesta auténtica en un espacio atiborrado, con una ciudad caótica de fin de semana, en la que se tuvo la oportunidad de ver al teatro más vivo que nunca, con sus colores intensos y sus acabados refinados, para emular cómo era cuando fue inaugurado por Porfirio Díaz hace 120 años.
Y de nueva cuenta el drama de la ópera Aída retumbó, con el fondo del telar original usado en 1903, con un público de un siglo después, tan entregado y emocionado como el de caballeros de sombrero de copa y mujeres de ampón vestido, emplumados sombreros y exóticos abanicos.
Fue una intervención integral que duró casi 20 meses. Fue, en esta ocasión el gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quien encabezó la ceremonia de reapertura del Teatro Juárez:
“Hoy estamos siendo testigos de la historia. De una historia luminosa que inició hace 120 años, y continúa en nuestros días”, dijo en ese recinto que es uno de los grandes teatros históricos de México y el más icónico de Guanajuato.
La anécdota de cómo el mandatario se enteró de que el dique para resguardar agua para en caso de incendio (que no se utilizaría ahora porque igualmente afectaría materiales) resonó en el recinto.
Narró que había grietas en la estructura que permitían mirar hacia la calle, dijo del deterioro de la cantera, de la necesaria reposición de materiales y de la conservación de otros que por su originalidad y por no haber ya nada con qué suplirlos, deben permanecer como reliquias en uso constante.
El gobernador no tiene fama de ser hombre de cultura, viene del mundo de la economía y los negocios, pero mostró su sensibilidad ante una joya histórica y arquitectónica y destacó la importancia de su rescate tanto por su valor cultural como por su valor como generador de recursos gracias al turismo.
Las acciones de rehabilitación del Teatro Juárez incluyen los rubros de accesibilidad, con un elevador, nueva taquilla y palcos habilitados para personas en silla de ruedas; y funcionalidad, con la renovación de mecánica teatral con varas motorizadas y modernización de sistema de iluminación con luminarios LED.
Sustituyeron la vestimenta teatral con la remodelación de camerinos y sala de calentamiento; la reorganización de espacios de trabajo y almacenaje en el foro; y la reubicación y remodelación de oficinas administrativas y nuevos sistemas de voz y datos.
La intervención también incluyó temas de seguridad con la renovación total del sistema contra incendios y señalética; además, se remodelaron los accesos para salidas de emergencia.
Entre las obras realizadas se remodelaron los baños existentes y se habilitaron nuevos baños en vestíbulo; se trabajó en el aislamiento de ruido exterior, con nuevas puertas en sala y vidrios dobles.
Entre otras obras destaca la conservación, limpieza y restauración de fachada y muros, además, se intervino la herrería y carpintería, incluyendo butacas y su emblemática cantina. Todo ello acompañado de una renovación completa de instalaciones eléctricas, pluviales e hidrosanitarias.
El Juárez es una joya arquitectónica incomparable, dijo el gobernador, escenario dinámico y activo que requiere adecuarse a las necesidades de los artistas y audiencias del siglo XXI.
Fue la oportunidad para estrenar nuevas soluciones de accesibilidad universal, como elevador, salvaescaleras y un palco habilitado con espacios para sillas de ruedas; las cuales formaron parte de las renovaciones en su interior.
El público apreció la restauración al foyer y los salones tocador y fumador en planta alta. Corrigieron grietas y se recuperaron elementos ornamentales. También recobraron los colores originales en los muros del interior y se restauró la pintura de la Santa Fe de la escalera de honor.
Previamente, durante el Festival Internacional Cervantino del año pasado y tras la primera etapa de la intervención, el Juárez estrenó mecánica teatral y un sistema de iluminación basada en tecnología LED. También renovó su vestimenta escénica y concha acústica. A estas adecuaciones técnicas se suman ahora un circuito cerrado de televisión y nuevos sistemas de voz y datos; además de renovaciones de instalaciones eléctricas, sanitarias y contra incendios, que ahora fueron mejorados.
El amplio programa de conservación, equipamiento y mejoras modificó su admirada fisonomía, pero que lo hacen un espacio más seguro, accesible y funcional. El Teatro Juárez seguirá siendo el magno foro de Guanajuato, listo para los nuevos tiempos. Un edificio seguro, cómodo e incluyente, concluyó el mandatario estatal.
Fueron 161 millones y la obra aún no termina: falta restaurar de manera integral la butaquería. Es tiempo de FIC y se requiere asignar recursos, que serán estatales ante la austeridad republicana de la federación.
La obra
Y aunque se hubiera preferido el montaje integral de la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, la participación de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), el Coro del Teatro del Bicentenario y tres sólidas y espléndidas voces, fueron marco digno para la reapertura.
Fue la misma obra musical que aderezó su noche inaugural hace 120 años: la ópera “Aida”, ofrecida en versión de concierto con la participación como solistas de María Katzarava, Rosa Muñoz y Octavio Rivas.
En la obra participaron más de 120 artistas. La composición original de Giuseppe Verdi (1813-1901) es una de las más admiradas del repertorio lírico mundial. Fue estrenada en 1871, en la cúspide de la carrera de su autor.
La trama se desarrolla en la época de los faraones. Aida es una princesa etíope que ha sido capturada y esclavizada en Egipto. Ella se enamora en secreto de Radamés, un militar egipcio, quien corresponde ese amor a pesar de que está comprometido con Amneris, la hija del rey. Los afectos políticos y sentimentales son puestos a prueba, en una lucha de estos amantes contra el mundo.
“Aída” resonó como ópera concierto bajo la dirección de Roberto Beltrán-Zavala, titular de la OSUG y la voz central de la belcantista mexicana: María Katzarava, ganadora de Operalia 2008 y quien dio vida a la princesa etíope en la producción que de esta ópera hizo el Teatro del Bicentenario a principios de año.
Fue un concierto de gala, pero faltaron el encanto del foso, la magia de la coreografía y la estética de la vestimenta. Una reinauguración merecía un montaje acorde a la magnitud y trascendencia del teatro.
Las próximas citas en las que el público podrá apreciar la renovación del Teatro Juárez son algunos de los espectáculos del Festival Internacional Cervantino para los que aún hay localidades, incluyendo los conciertos de Arturo Chacón Cruz, la Filarmónica de Sonora y el ciclo dedicado a Rachmaninov con la OSUG y los pianistas Alexander Korsantia y Eva Gevorgyan.
En esta ceremonia estuvieron presentes Alejandro Navarro Saldaña, Presidente Municipal de Guanajuato; Adriana Camarena de Obeso, Directora del Instituto Estatal de la Cultura; y Mariana Aymerich Ordóñez, Directora del Festival Internacional Cervantino.
También asistieron Jorge Videgaray Verdad, Presidente del Consejo Directivo del Instituto Estatal de Cultura; Tarcisio Rodríguez Martínez, Secretario de Infraestructura Conectividad y Movilidad; y Samantha Smith Gutiérrez, Directora del Sistema DIF Municipal de Guanajuato.