Abasolo, Guanajuato. – Don Manuel, un hombre de 85 años, compartió una anécdota de 1973 relacionada con la inundación en Irapuato. Durante ese tiempo, el gerente de Coca Cola le llevó sus camiones a su taller para que los pintara.
El gerente le confió la tarea de restaurar 15 vehículos en un mes, ya que las piezas estaban atascadas debido a la inundación. Juan Manuel recuerda que logró completar la tarea en menos de un mes y ganó 28 mil pesos. De ese dinero, entregó 4 mil pesos a su esposa. Luego, decidió ponerse una borrachera, que comenzó el 16 de noviembre y terminó el 5 de enero del 74.
Durante ese periodo, Juan Manuel gastó gran parte de su dinero y terminó solo con 160 pesos en su bolsillo. Sin embargo, su hija Rosita tuvo un papel fundamental en su vida. Fue ella quien lo hizo “sentar cabeza”.
Juan Manuel relató: “Estábamos en la cantina junto al manantial, tomando una cuba con cuatro personas más. El cantinero me dijo: ‘Oye, charro, ya no tengo problemas con los Reyes. A mi hijo le compré un patín, al más pequeño un triciclo y una pelota, y a mi niña una muñeca musical de 550 pesos’. Le pregunté qué día era, y me respondió: ‘Es 5 de enero, charro’, y en ese momento solo tenía 160 pesos en mi bolsillo”.
Al regresar a casa, su hija lo esperaba en el escalón de la entrada para leerle la carta de los Reyes Magos. Don Manuel escuchó atentamente mientras ella mencionaba sus deseos: un juego de té, una muñeca, un carrito para su hermano y, por último, Rosi escribió: “Le pedimos a los Reyes Magos que dejes de tomar”.
Don Manuel recordó que se quedó helado, a partir de ese día, nunca volvió a consumir una sola gota de alcohol.