“Equilibrio para salir del estancamiento,
esa es parte de la cuestión”.
Abel Pérez Rojas.
El tan buscado equilibrio en nuestra vida puede empezar y cultivarse diariamente con pequeñas cosas en apariencia insignificantes, pero que con elecciones de precisión pueden marcar un derrotero sin retorno a nuestra verdadera felicidad y progreso.
Seguramente en el recuento que empezamos a realizar por estos días con motivo del cercano fin de año, tendrá que ver con la cuestión: equilibrio entre vida y trabajo.
Este punto a propósito no está planteado como tiempo libre versus trabajo, porque si no, pareciera que la reflexión se reduce a un aspecto simplista: laborar para obtener nuestro sustento contra descansar. Y como esto asumiría un enfoque reduccionista, entonces sería dar por buena la falsedad de que tiempo libre es sinónimo de descanso o de desarrollo para las personas.
Para efectos de lo planteado es importante disociar el concepto equilibrio con la idea de anulación mutua, recordemos que una de las acepciones de equilibrio se refiere a: “Estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente”. Diccionario de la Lengua Española (2015)
Si optamos por la connotación de equilibrio como: armonía entre cosas diversas, entonces nuestra reflexión cobra una dimensión mayor.
Nigel Marsh, en una conferencia para TED (2010, mayo), dice que a propósito del tema son importantes cuatro observaciones:
La primera consiste en verdaderamente asumir una postura honesta en el asunto, porque debemos reconocer que muchos de nosotros trabajamos día y noche en cosas que odiamos, pero que necesitamos para tener dinero y comprar muchas cosas que no necesitamos para impresionar a personas que no conocemos.
La segunda consiste en comprender que los gobiernos y las empresas no van a cambiar de fondo esto, por ello sólo de nosotros depende cambiarlo, es decir, si nosotros no lo hacemos lo más seguro es que alguien lo haga por nosotros y se nos imponga una forma de “equilibrio” con la cual no estemos de acuerdo.
La tercera se refiere al cuidado que debemos tener con la ventana de tiempo que elegimos para evaluar el equilibrio, porque en un día no nos dará tiempo de hacer todo lo que queremos hacer, por ello es necesario tomar lapsos mayores de tiempo para ver si hemos adoptado formas de vida equilibradas. Por ejemplo, no trate de ver si su vida es equilibrada sólo tomando un día como referencia, tiene que analizar tal vez una semana o un mes para ello; sin caer en la trampa de postergar tanto la adopción de formas de vida equilibradas que tengamos que esperar a retirarnos de la vida laboral.
La cuarta observación de Nigel Marsh se refiere a “abordar el equilibrio con equilibrio”, es decir, estamos equivocados si pensamos que estaremos equilibrados haciendo aerobics o cambiando nuestros hábitos alimenticios, porque ¿dónde queda lo emocional, lo intelectual o lo espiritual en el ser humano?
Para estar equilibrado hay que atender todo lo que somos y no sólo, por ejemplo nuestra erudición o condición física.
Coincido con Marsh cuando dice que si logramos que más personas asuman formas de vida equilibradas estaremos provocando que la sociedad se transforme y que si hay suficientes personas en ese sentido, entonces estaremos cambiando, por ejemplo, la definición social de éxito, de una visión monetarista a una postura equilibrada de vida bien vivida.
¿Está usted dispuesto a intentarlo?