Guanajuato, Gto.- Con 48 años de servicio Isidro Guerrero Aguilera, marco historia en el majestuoso Teatro Juárez ya que inició como técnico en 1974 y concluyó su etapa como jefe de foro en el 2021 al jubilarse del recinto.
Isidro dejó toda una vida entera en este histórico espacio que fue inaugurado el 27 de octubre de 1903, con la asistencia de Porfirio Díaz; ligar en donde nada sucedía sin que él lo autorizara. Preocupado por velar por la integridad de este inmueble, entre broma decía que era el dueño de este lugar.
Don Chilo con su amplia experiencia conoció cada rincón del foro, máximo recinto del Festival Internacional Cervantino. Es tal su trascendencia, narró que su interés por las artes escénicas nació cuando participó, por primera vez, como comparsa en Los Entremeses Cervantinos, de la mano de su creador, Enrique Ruelas, propuesta escénica que fue el antecedente del Cervantino.
“Me fui relacionando con Alfredo Pérez, encargado de audio del Teatro Universitario; cuando se enfermó tuve que entrarle, porque yo sabía las entradas y salidas de los montajes y me convertiría en técnico. Entonces me invitaron a trabajar en ese departamento de la Universidad de Guanajuato como técnico de audio en el Teatro Juárez” dijo.
Este personaje fue testigo de las reparaciones del inmueble, incluido su cambio de techumbre, y le tocó presenciar el primer Cervantino. En 1970 hubo una gran restauración del Teatro Juárez y él participó cuando era estudiante de ingeniería.
“Empecé a conocer cada rincón del recinto y qué le dolía realmente al espacio, recuerdo que, en 1973, con el cambio de poderes y de gobierno, el Cervantino no se realizó, y fue hasta 1974 cuando se retomó, Cuando vi el Teatro Juárez, me dije: ‘¡Me voy!’ Y empecé a trabajar aquí como técnico de audio”, recordó.
Tras la entrevista Chilo recordó que, en 1974, en el segundo Cervantino los grupos eran traídos por las embajadas y eran de una calidad excepcional. Así se fueron sucediendo los festivales, hasta que el Cervantino se convirtió en el más importante de México y uno de los más reconocidos del mundo.
“Eso fue gracias a la primera dama, Carmen Romano de López Portillo, quien asumió las riendas durante un sexenio. Había un gran presupuesto y en consecuencia se presentaron muy buenos espectáculos, de lo mejor del mundo. A la señora le gustaba mucho venir al Teatro Juárez, le encantaba estar aquí con sus invitados; siempre teníamos un piano, por si quería tocar”.
Recuerdos de artistas
De lo que ha visto pasar por el recinto, Chilo dice rememorar al bailarín Jorge Don, quien interpretó con maestría, temple y belleza extraordinarios “Bolero, de Ravel”, del coreógrafo Maurice Béjart.
“La entrega de este bailarín en el escenario fue total; hubo momentos de silencio fuera de lo normal, y al final de su extraordinaria actuación quedó exhausto. Después de los aplausos volvió a ser él”.
Mientras narra la gran actuación de Jorge Don, viene a su memoria la cubana Alicia Alonso, de quien comentó “una mujer hermosa y muy profesional, me ha tocado ver presidentes de la republica y figuras internacionales, quienes siempre han admirado el gran teatro, mi teatro”.
Al tiempo que resaltó que, su lugar favorito pata disfrutar de un concierto es la galería “pero si el espectáculo es de danza, se tiene una mejor perspectiva desde la parte de atrás de la sala. Si se trata de ópera, se aprecia mejor desde las primeras filas”, resaltó como el experto en el que se ha convertido a lo largo de 48 años de ser el principal cuidador del Teatro Juárez.
Por toda esta labor, entrega y pasión por su trabajo, Isidro Guerrero fue reconocido en el 50 Festival Internacional Cervantino (FIC) con la Presea Cervantina por su desempeño a lo largo de estas cinco décadas.
