Por Margarita P. Arton.
Abasolo, Guanajuato.- Javier Solís Muñoz “Chanillo” como le dice la gente de cariño en honor a su papá, nunca se imaginó vender helados; él tenía el sueño de convertirse en chofer de autobús o soldador.
El hombre originario de Abasolo comentó que en su momento no se pudo y pese que al inicio no le gustaba ser comerciante de nieves, lleva 20 años hasta el día de hoy disfrutando su trabajo. “uno tiene que hacer lo que venga para sobrevivir”.
Con seis hijos, 5 casados y uno que aún vive con ellos, Javier Solís mencionó que su esposa Marta Chacón también se dedica al comercio de alimentos vendiendo tacos en Estación Joaquín y esos empleos le han ayudado a salir adelante.
“A veces vienen altas y bajas, pero ahí estamos con la familia es el mejor logro que tenemos”, dijo el vendedor de helados, quien añadió que lleva 35 años de casados y subrayó que aconseja a los muchachos de hoy en día a que nunca se rindan, sobre todo que estén cerca de Dios.
Chanillo finalizó diciendo que uno de sus mayores miedos es estar sólo “la soledad es el peor miedo que se quede uno solo, es tremendo eso”.