Abasolo, Guanajuato
Celia Magdaleno Rodríguez, originaria de Pénjamo, ha sido voluntaria vicentina durante 55 años en la ciudad de Abasolo, Guanajuato.
Esta mujer se asentó en Abasolo luego de casarse pues, su marido tiene sus raíces en esta ciudad. Celia Magdaleno, tiene 5 hijos, 4 mujeres y 1 hombre, 22 nietos y 10 bisnietos.
Desde 1959, cuando se casó, comenzó su servicio voluntario con las vicentinas de Abasolo. Su suegra, también vicentina, la inspiró a dedicarse a esta labor en el asilo de ancianos.
Celia Magdaleno menciona que comenzó a servir desde los 21 años, ayudaba a hacer la limpieza y a bañar a los viejitos, en aquel momento el asilo de ancianos estaba en “obra negra”, comenta. Además, durante 10 años fue presidenta de la organización, cuenta que al cumplir 50 años de servicio le celebraron con una misa en Abasolo pero también fue reconocida en Lagos de Moreno y Aguascalientes.
Ahora, tiene 76 años y presenta problemas de visibilidad y señala que está decidida a continuar ayudando en el asilo. Por sus problemas de salud va con un acompañante, se presenta los lunes, jueves y sábados para darles de desayunar a los “viejitos”, afirma Celia Magdaleno.
Menciona que está muy satisfecha con su trayectoria como vicentina y que sigue disfrutando el trabajo que desempeña pues, aunque es de edad avanzada, señala que su ánimo por ayudar permanece, además, expresó que los “viejitos” le tienen mucho cariño.
La abasolense por adopción pide a las muchachas solteras que participen en el voluntariado pues hace falta mucha ayuda. Por último, asegura estar contenta con el trabajo que por más de 50 años ha realizado con las vicentinas pues “es una obra tan bonita”. Celia Magdaleno Rodríguez señala que a sus 76 años disfruta de estar activa, ayudando a los “viejitos” y menciona que en el voluntariado “hace falta juventud”.