Cuerámaro, Gto.- Lorenzo Jimenez Guerra, un orgulloso cueramarense, comenzó con la carnicería Santa Anita en el año 1985, llenándose de clientes satisfechos con el trato, calidad y precio.
En el 2010, Lorenzo, le dejo el negocio a su hijo, Lorenzo Jimenez Canales y desde hace 10 años, el cueramarense porta con orgullo y humildad él puesto que su padre le heredó.
“Mis otros hermanos se quedaron con una taquería y yo me quede al frente de la carnicería, en lo personal, me gusta mucho mi trabajo y lo disfruto mucho” externó Lorenzo
A lo largo de los años, el cueramarense ha ido aprendiendo del negocio y ha experimentado lo que es vender este alimento.
“Un día me corte la vena al estar despachando carne y no sentí nada, hasta que derrepente, sentí bien calientito y no dejaba de salir sangre y me espanté” mencionó.
Lorenzo, espera estar muchos años más frente a la carnicería Santa Anita, ofreciendo la mejor cálidad y precio para los cueramarenses.