Cuerámaro, Guanajuato
La calaca paseaba por Cuerámaro, vio a Ana y juntas fueron a Tupátaro,
como Ana su trabajo no había realizado, pensó que su hora le había llegado,
la calaca se carcajeaba, al ver como Ana Gobernaba,
y la chaparrita deliraba al ver como su hora se acercaba.
Aceptando su destino Ana al panteón caminó,
cruzando por Cuerámaro, muchas obras observo,
la calaca muy triste la miro, por lo cual a ella la perdono,
pidiéndole que al final de su mandato, dejará un Cuerámaro mejor.
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