La caída de los ingresos en los hogares provocó que el número de personas en situación de pobreza aumentara en 2 millones durante los primeros años de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, al pasar de 53.3 millones en el 2012 a 55.3 millones en el 2014, por lo que 46.2% de la población mexicana es pobre.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), encabezado por Gonzalo Hernández Licona, dio a conocer los resultados de la medición de la pobreza en el 2014, pero aclaró que si no hubieran caído en promedio 3.5% los ingresos, la población pobre hubiera disminuido de 45.5 a 44.8 por ciento.
Destacó que del 2012 al 2014, la pobreza extrema tuvo una leve reducción, al pasar de 11.5 millones (9.8% de la población) a 11.4 millones de personas (9.5%), en contraste con la población no pobre y no vulnerable, situación en la que están 24.6 millones de personas, 1.4 millones más que hace tres años.
Precisó que se cataloga a una persona como pobre cuando sus ingresos mensuales son inferiores a 2,542.13 pesos en zonas urbanas y a 1,614.65 pesos en zonas rurales (línea de bienestar), amén de que tienen en promedio 2.3 carencias sociales.
Mientras que los pobres extremos tienen ingresos inferiores a 1,242.61 pesos en zonas urbanas y 868.25 pesos en zonas rurales (línea de bienestar mínimo) y padecen en promedio 3.6 carencias.
Las carencias que mide el Coneval son: acceso a la alimentación, acceso a los servicios básicos de vivienda, calidad y espacios de la vivienda, rezago educativo, acceso a los servicios de salud y acceso a la seguridad social. Las dos primeras tuvieron un alza y el resto disminuyeron.
La población con carencia alimentaria pasó de 27.4 millones a 28 millones; quienes carecen de acceso a los servicios básicos en la vivienda pasaron de 24.9 millones a 25.4 millones.
La carencia por acceso a la seguridad social es la que afecta a la mayor parte de la población, a 70.1 millones de personas, 1.1 millones menos que en el 2012.
En rezago educativo hay 22.4 millones de habitantes; 21.8 millones carecen de acceso a los servicios de salud y 14.8 millones no tienen espacios de vivienda.
Asimismo, la población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo aumentó de 23.5 millones en el último año de gobierno del presidente Felipe Calderón a 24.6 millones el año pasado, pero la población con ingreso inferior a la línea de bienestar pasó de 60.6 millones a 63.8 millones de habitantes.
“Si no se complementa la política social con la política económica va a ser muy difícil que México pueda salir de la pobreza”, afirmó Hernández Licona.
Fernando Cortés Cáceres, investigador del Coneval, expresó que “América Latina es la región con más altos niveles de desigualdad en la distribución del ingreso. (…) De una clasificación de cinco niveles que hace la Cepal, México está en segundo lugar (…), es decir, es uno de los países más desiguales en la región más desigual (…) en el mundo”.