Irapuato, Guanajuato.- Ángel Carlos Tapia Rodríguez, a sus 20 años de edad, emprendedor y estudiante de la licenciatura en mercadotecnia, impulsó a los jóvenes de su colonia para dejar a un lado las adicciones y mejorar el entorno en el que se vive hoy en día.
“Desde que era un niño vivía con mi abuelita, lamentablemente a los 10 años la perdí y caí en la calle, tratando de llenar ese vacío en mí, saliendo y entrando al vandalismo y al mundo de las drogas” explicó.
Al pasar de los años a la madre de Tapia como lo conocen sus amigos, le detectaron Lupus.
“Mi mamá se la pasó internada 7 meses en la T1 de León y ahí vi la demostración más grande de amor, cuando mi papá se fue a vivir esos 7 meses fuera del hospital hasta que mi madre saliera, en ese momento comencé a valorar todo lo que tengo y lo que me quedaba”, mencionó.
Para el irapuatense todo lo que sucedía a su alrededor, le daba una sacudida a la realidad y los hechos suscitados lo motivó a dejar cualquier vicio e impulsar a sus amigos a hacer lo mismo.
“Yo decidí dejar las drogas porque veía como mi madre estaba luchando por vivir y yo luchaba por quitarme la vida” externó.
Ahí en la colonia Benito Juárez, Tapia, hace una lucha para integrar a la colonia y dirigir a los jóvenes por el buen camino y dejar todos los vicios a un lado.
El irapuatense reúne a la “Familia de la Benito” para realizar proyectos en conjunto como el mural en homenaje al maestro Salvador Almaraz en el puente Bicentenario y se tienen muchos proyectos más como una colecta de tenis para darles una nueva vida y regalarlos a quien más lo necesitan.
Ángel vive con el sentido de pertenencia de su Irapuato y su colonia, tanto, que tiene tatuado “Benito Juárez”.